Carmen, amiga, me recuerda que hay poetas por el mundo.
Y tiene razón. Mucha verdad hay en Sixto Rodriguez,
de padres inmigrantes mexicanos que llegaron a Estados
Unidos en los años veinte.
Los blues que tenía olvidado desde hace una temporada
regresan con este currante de Detroit que se buscó
regresan con este currante de Detroit que se buscó
la vida en los Estados Unidos. Años 60.
2 comentarios:
Este año estoy inmersa como pocos años he tenido oportunidad en Cosmopoética. Aquí vienen poetas de países lejanos y algún cordobés... de otro barrio.
De una lectura vengo ahora precisamente: un asturiano, una china, una leonesa y un cordobés.
Se supone que todos en este festival son poetas,incluso algunos que escriben en prosa, o hacen cine, o componen canciones. Y lo serán...o no (apunto yo). Porque más allá de afinidades literarias personales siento que ser poeta es mucho más que querer serlo, y muchísimo más que creer serlo.
Y está el talante Tomás, y la postura ante la vida, ante los demás, ante uno mismo.
Sixto Rodríguez es un poeta.
Un beso
Hasta lo más generosos que no hemos cobrado un duro en nuestra vida por escribir un poema, necesitamos compensación: que nos admiren, que nos confirmen, que nos quieran. De eso se trata en todas las relaciones personales. El poeta es uno, el hombre es otro, o la mujer, es otro-a. No hay una actitud consecuente, entre el poema y su autor. Hay poetas que son unos hijos de puta y que sin embargo escriben maravillosos versos. ¿Es bueno? ¿Es malo?
El compromiso social. No estoy especialmente motivado como para meterme en este berenjenal del compromiso. Sobre todo porque siempre me sale la vena política a través de la cual intento comprender las actitudes personales. Hay poetas que escribiendo parecen de izquierda y luego son unos jodidos reaccionarios fascistas. Hay poetas que dicen amar, encontrar a la mujer de sus sueños, al amigo de su vida, y que luego mueren borrachos de éxito y con aureola de belleza clavada en cada verso que declama.
Los poetas “modernos” carecen de mucho compromiso. Tú andas en estos días por “Cosmopoética” aprendiendo de ese compromiso. Yo, un poco escamado, retomo lecturas viejas para no perderme en este mundo de falsos y mentirosos. Así que te dejo unos versos en prosa de José A. Muñoz Rojas para equilibrar inconsecuencias y compromisos:
Tierra eterna
Sola y eterna, tierra de arados, de sementeras y de olivar, mil veces regada con sudores de hombres, con cuidados, con maldiciones, con desesperaciones de hombres, hermosura diaria, espejo y descanso nuestro. Nunca cansas, siempre lista, inscrita una y otra vez por hierros y por huellas, volcada por rejas al sol y a la lluvia, a todo tempero, siempre con la dádiva conforme al trabajo, medida a nuestros huesos.
¡Ay de los que te olvidaren, de los que en su piel y en sus ojos pierden tu recuerdo, de los que no se refresquen contigo, de los que te pierdan de alma!
-Las Cosas Del Campo. José A. Muñoz Rojas
Ediciones Orbis, S.A. 1985.
Un beso, Icaro.
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