en la que me
oculto
por el amargo
paisaje que me hospeda.
En las sombras
verdes y húmedas
yo dispongo de un
minuto
para salir
huyendo hasta la jungla
donde tengo el
eterno refugio
del animal triste
y herido,
el cubil del
incesante viajero
salvaje y mudo
que comparte
guarida
con otras fieras.
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