Tal vez no acabe nunca de hacer este poema. -J.M. Caballero Bonald-
viernes, 29 de octubre de 2010
VIGILIA
Vigila si en la noche digo cosas indebidas
si hablo en sueños
y si la vigilia te sorprende vigilando mis palabras
vigila si hablo con otros argumentos.
Si soy un desconocido
si no me reconoces
mátame con un secreto.
si hablo en sueños
y si la vigilia te sorprende vigilando mis palabras
vigila si hablo con otros argumentos.
Si soy un desconocido
si no me reconoces
mátame con un secreto.
jueves, 28 de octubre de 2010
El deseo de ser piel roja
Disparidad y semejanza
¿Para qué quieres saber tanto?
me pregunta un amigo
reprochándome que siga siendo tonto.
Pero yo sé que nos vigilan los indios.
Nos tienen rodeados.
Algunas mañanas descubro en las aceras
esas plumas de águila que usan los siux
para hacerse sus adornos de guerra.
Yo las sigo y veo batallas. Los arcos se tensan.
Cabelleras sanguinolentas cuelgan
de farolas y ramas. Las señales de tráfico
son dianas para sus lanzas. Un cuchillo
hecho de hueso de bisonte
se ha clavado en un cajero automático,
junto a la mano de un hombre que tecleaba
un número secreto. Hay flechas acertadas
en la torre de la iglesia y un roto carcaj cuelga
de la veleta. Galopan entre los coches.
Invaden autopistas y carreteras,
el peaje que pagan es el de un viento
salvaje como ellos que quema sus ojos.
Sus rostros pintados para la guerra
se van alejando.
Volverán más tarde.
De norte a sur cientos de kilómetros de cielo
sin apenas pájaros. Dejan atrás un paisaje
de edificios levantados por un pueblo de bárbaros.
Y el viento ardiente y extraño arrastra
huellas de pantera, cascabeles de serpiente
pétalos de flores que vivían en el prado,
y en ese trasiego grito: ¡vivan los pieles rojas
que cabalgan a pelo y no llevan espuelas!.
¿Para qué quieres saber tanto?
me pregunta un amigo
reprochándome que siga siendo tonto.
Pero yo sé que nos vigilan los indios.
Nos tienen rodeados.
Algunas mañanas descubro en las aceras
esas plumas de águila que usan los siux
para hacerse sus adornos de guerra.
Yo las sigo y veo batallas. Los arcos se tensan.
Cabelleras sanguinolentas cuelgan
de farolas y ramas. Las señales de tráfico
son dianas para sus lanzas. Un cuchillo
hecho de hueso de bisonte
se ha clavado en un cajero automático,
junto a la mano de un hombre que tecleaba
un número secreto. Hay flechas acertadas
en la torre de la iglesia y un roto carcaj cuelga
de la veleta. Galopan entre los coches.
Invaden autopistas y carreteras,
el peaje que pagan es el de un viento
salvaje como ellos que quema sus ojos.
Sus rostros pintados para la guerra
se van alejando.
Volverán más tarde.
De norte a sur cientos de kilómetros de cielo
sin apenas pájaros. Dejan atrás un paisaje
de edificios levantados por un pueblo de bárbaros.
Y el viento ardiente y extraño arrastra
huellas de pantera, cascabeles de serpiente
pétalos de flores que vivían en el prado,
y en ese trasiego grito: ¡vivan los pieles rojas
que cabalgan a pelo y no llevan espuelas!.
miércoles, 27 de octubre de 2010
Asamblea de tomates
Minuto de silencio
Ahora que os habéis confesado,
hipócritas de mierda,
con un minuto de silencio,
calmando así las revueltas
egagropilas de la merienda,
y soñáis que nunca, nunca
os toque a vosotros
el arco iris del deber
con su dedo de compromiso,
ahora que aún, todavía
no vomitáis:
besaros en la boca.
Ahora que os habéis confesado,
hipócritas de mierda,
con un minuto de silencio,
calmando así las revueltas
egagropilas de la merienda,
y soñáis que nunca, nunca
os toque a vosotros
el arco iris del deber
con su dedo de compromiso,
ahora que aún, todavía
no vomitáis:
besaros en la boca.
martes, 26 de octubre de 2010
Violetas amarillas
A veces si inodoro acudo a la noche
borracho y algo incierto
te vomito en el hombro
el estomago ardiente
rezuma humedad
molécula salina
oriflamas renuncias
aquel sapo gigante
que quiso ser guirnalda
ofuscado de siempres
de nuevos y de nadas.
Y sin quedarme tan pancho
te agradezco que beses esta locura tibia
que habita aquí en mi frente
melancólico enfermo
salvaje y sin molares
Olegario desnudo Serafín tal vez
de rodillas y hambriento
mientras pasa la tormenta
e inapetente mastico
violetas amarillas
traídas por el viento.
borracho y algo incierto
te vomito en el hombro
el estomago ardiente
rezuma humedad
molécula salina
oriflamas renuncias
aquel sapo gigante
que quiso ser guirnalda
ofuscado de siempres
de nuevos y de nadas.
Y sin quedarme tan pancho
te agradezco que beses esta locura tibia
que habita aquí en mi frente
melancólico enfermo
salvaje y sin molares
Olegario desnudo Serafín tal vez
de rodillas y hambriento
mientras pasa la tormenta
e inapetente mastico
violetas amarillas
traídas por el viento.
lunes, 25 de octubre de 2010
Las ausencias
Bebo cerveza en tu nombre
saltan cucarachas amarillas
del mundo azul del que vengo
bebo cerveza en nombre de la poesía y del blues
escucho en nombre tuyo y de mi soledad
la música negra de algún blanco
“Blue Fox” de John Mayall y su gente,
el violín de Sugarcane Harris
que me deja heladas las venas
lenta la sangre
ese estropajo en el estómago
zurciendo milagros
las agujas del hilo llevándome
a cárceles tristes como el azul.
Bebo y vivo para encontrar motivos
que justifique esta cal quemando las ideas
estas calumnias este calor que hoy
(llevo un jersey rojo con camiseta debajo)
me dice no aguantes más esta situación
rompe algo
haz con tu sudor ese ruido
que confunda a las fieras.
Bebo cerveza en nombre de la noche
del blues y de ti
y tiemblo ante las ausencias.
Y Bebo.
Tomás Rivero, con un beso piercing
pendiente de la tetilla izquierda,
la del corazón.
saltan cucarachas amarillas
del mundo azul del que vengo
bebo cerveza en nombre de la poesía y del blues
escucho en nombre tuyo y de mi soledad
la música negra de algún blanco
“Blue Fox” de John Mayall y su gente,
el violín de Sugarcane Harris
que me deja heladas las venas
lenta la sangre
ese estropajo en el estómago
zurciendo milagros
las agujas del hilo llevándome
a cárceles tristes como el azul.
Bebo y vivo para encontrar motivos
que justifique esta cal quemando las ideas
estas calumnias este calor que hoy
(llevo un jersey rojo con camiseta debajo)
me dice no aguantes más esta situación
rompe algo
haz con tu sudor ese ruido
que confunda a las fieras.
Bebo cerveza en nombre de la noche
del blues y de ti
y tiemblo ante las ausencias.
Y Bebo.
Tomás Rivero, con un beso piercing
pendiente de la tetilla izquierda,
la del corazón.
viernes, 22 de octubre de 2010
Estigma
Accede el nido a la nieve
recoge en ella leche
de irisadas plumas ardiendo.
Se mece la luz
en el ojo frío del pájaro.
En los nidos hay una sombra
jamás olvidada
el estigma frío
del pájaro abandonado.
recoge en ella leche
de irisadas plumas ardiendo.
Se mece la luz
en el ojo frío del pájaro.
En los nidos hay una sombra
jamás olvidada
el estigma frío
del pájaro abandonado.
jueves, 21 de octubre de 2010
Pájaro sin primavera
Tu vienes de un latido extraño
como de una lengua extranjera
tu vienes a este sereno hombre
que no dispone de nido para ti
ni tiene paciencia para cantarte
a la salida del sol.
Tú vienes hasta aquí
con puntuales alas de corcho
y traes en tu vuelo
un año más de cifras inexactas
que caen dobladas del tierno
calendario azul de las estaciones.
Y aunque no sea aún primavera
y tú confundida te quedes
como siempre acurrucada junto a mí.
Pájaro sin primavera.
como de una lengua extranjera
tu vienes a este sereno hombre
que no dispone de nido para ti
ni tiene paciencia para cantarte
a la salida del sol.
Tú vienes hasta aquí
con puntuales alas de corcho
y traes en tu vuelo
un año más de cifras inexactas
que caen dobladas del tierno
calendario azul de las estaciones.
Y aunque no sea aún primavera
y tú confundida te quedes
como siempre acurrucada junto a mí.
Pájaro sin primavera.
Chamán
Tengo una edad provecta
madura y antigua
y podría ser el maestro de tu padre.
Pero soy al margen del hombre
poeta
y creí que con eso podía conjurar
el maleficio.La capacidad de modificar
la belleza. Pero tú tienes miedo
de aquello que genera verdad.
Los días son oscuros
la noche es perfecta. Un desconocido
no es un conocido. Es una puerta
cerrada. Una melodía suena tras ella.
Las tardes son largas,
las mañanas inmensas,
un siglo es un siglo,
los años pesan, los estúpidos años
que nada significan.
Así, sí, el miedo sospecha hasta
cuando amas, de aquello que amas
con garantía de fracaso,
ese título que afianza el dolor
y ennoblece tu desinteresada entrega.
El dolor que te parte, el que más deseas,
el que reconoces como tuyo,
nacido de ti para él.
Nada fue mío desde entonces
nada será mío desde ahora
y nada en este instante
tiene dueño.
Guardo oscuras crisálidas en cajas de madera.
Las mariposas en otoño mueren de frío.
Las mías revolotean dormidas
junto al calor de bombillas
encendidas. No necesitan primaveras.
Otras flores del mal sí.
El blues “Me and my chauffeur Blues”
de Memphis Minnie.
Tu corazón junto a las oscuras crisálidas
es mío. No temas si después de hoy
una mariposa revolotea dentro de él.
madura y antigua
y podría ser el maestro de tu padre.
Pero soy al margen del hombre
poeta
y creí que con eso podía conjurar
el maleficio.La capacidad de modificar
la belleza. Pero tú tienes miedo
de aquello que genera verdad.
Los días son oscuros
la noche es perfecta. Un desconocido
no es un conocido. Es una puerta
cerrada. Una melodía suena tras ella.
Las tardes son largas,
las mañanas inmensas,
un siglo es un siglo,
los años pesan, los estúpidos años
que nada significan.
Así, sí, el miedo sospecha hasta
cuando amas, de aquello que amas
con garantía de fracaso,
ese título que afianza el dolor
y ennoblece tu desinteresada entrega.
El dolor que te parte, el que más deseas,
el que reconoces como tuyo,
nacido de ti para él.
Nada fue mío desde entonces
nada será mío desde ahora
y nada en este instante
tiene dueño.
Guardo oscuras crisálidas en cajas de madera.
Las mariposas en otoño mueren de frío.
Las mías revolotean dormidas
junto al calor de bombillas
encendidas. No necesitan primaveras.
Otras flores del mal sí.
El blues “Me and my chauffeur Blues”
de Memphis Minnie.
Tu corazón junto a las oscuras crisálidas
es mío. No temas si después de hoy
una mariposa revolotea dentro de él.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Dígito
Huí de tu rostro dejé un aroma como un rastro
fui subiendo adentro de las cosas y de los otros
dejé un aire de mí en aquellas calles
que nos habían reconocido tantos días
cuando juntos parecíamos justos entrelazados
y nos miraban las palomas con su palabra muda
de pico romo
en aquel otoño habitado por hojas más que nunca.
Huí de tu rostro una sombra cualquiera
una tarde lluviosa
un otoño feliz
y recordé los libros
de infinitos poemas
y te besé despacio
para hacer memoria de cómo se besa
pues había olvidado que así se recuerda un verso
un nombre o un hombre
o un fracaso.
fui subiendo adentro de las cosas y de los otros
dejé un aire de mí en aquellas calles
que nos habían reconocido tantos días
cuando juntos parecíamos justos entrelazados
y nos miraban las palomas con su palabra muda
de pico romo
en aquel otoño habitado por hojas más que nunca.
Huí de tu rostro una sombra cualquiera
una tarde lluviosa
un otoño feliz
y recordé los libros
de infinitos poemas
y te besé despacio
para hacer memoria de cómo se besa
pues había olvidado que así se recuerda un verso
un nombre o un hombre
o un fracaso.
Diáspora
Tomé de tus trotes reuniendo cosas
algunas prendas
ibas diciéndome
sentía la peculiar pena
que los hombres sienten
me sacrifiqué en diques de agua
fui haciéndome paladar y boca de madera
miré a los otros que andaban ciegos
recorriendo la tierra y el cielo
y tomé tus manos
ensamblando ejes como dedos
fuime a pique
resido como un poso
en simas sordas
pero aún conservo la tímida
biografía de una hierba.
algunas prendas
ibas diciéndome
sentía la peculiar pena
que los hombres sienten
me sacrifiqué en diques de agua
fui haciéndome paladar y boca de madera
miré a los otros que andaban ciegos
recorriendo la tierra y el cielo
y tomé tus manos
ensamblando ejes como dedos
fuime a pique
resido como un poso
en simas sordas
pero aún conservo la tímida
biografía de una hierba.
martes, 19 de octubre de 2010
cold cold ground
Traía el viento un olor a marrones y ocres
verdes colores muriendo
de una tierra apagándose,
abandonada por cuervos y piratas,
una tierra solitaria.
Venía un olor a otoño
que yo supe que era una lenta maduración
de campos y de corazones.
Ayer no estabas tú en la colina
ni yo en la pradera tapada por la bruma
pero sonaba dentro de mí un acordeón
que trajo también el viento de otoño.
Y llovía en otro país sobre otra gente
y la lluvia nos igualaba.
Y yo quería que tú miraras
en el bosque cercano.
Buscándome sólo a mí
con tu mirada húmeda.
La eternidad del viento
te trae hasta mí.
verdes colores muriendo
de una tierra apagándose,
abandonada por cuervos y piratas,
una tierra solitaria.
Venía un olor a otoño
que yo supe que era una lenta maduración
de campos y de corazones.
Ayer no estabas tú en la colina
ni yo en la pradera tapada por la bruma
pero sonaba dentro de mí un acordeón
que trajo también el viento de otoño.
Y llovía en otro país sobre otra gente
y la lluvia nos igualaba.
Y yo quería que tú miraras
en el bosque cercano.
Buscándome sólo a mí
con tu mirada húmeda.
La eternidad del viento
te trae hasta mí.
barro
A cada instante que yo logro
mantener aseado este rostro
(lo limpié reiteradamente con jabón de sosa)
una niebla. Lo cubre un velo.
Y no puedo actualizar esta máscara incólume,
este disfraz anualmente renovable.
Nuevas generaciones (de grasas) viven en los poros.
Espinillas vienen a dar al grano
la sangre macilenta y oscura que lo invade.
Ya no sé si en la arruga reside algún parásito
pero sin duda envejezco
siguiendo el proceso inverso
de la piedra.
mantener aseado este rostro
(lo limpié reiteradamente con jabón de sosa)
una niebla. Lo cubre un velo.
Y no puedo actualizar esta máscara incólume,
este disfraz anualmente renovable.
Nuevas generaciones (de grasas) viven en los poros.
Espinillas vienen a dar al grano
la sangre macilenta y oscura que lo invade.
Ya no sé si en la arruga reside algún parásito
pero sin duda envejezco
siguiendo el proceso inverso
de la piedra.
lunes, 18 de octubre de 2010
Julia Otxoa
Este blog es egoísta. Pero no por una decisión egoísta de Tomás Rivero. Es egoísta por una cuestión de supervivencia de Tomás Rivero: y tal vez ahí, sí reside el egoísmo. Y hay distintas maneras de sobrevivir. Desde la generosidad, también.
Hoy quiero no ser egoísta: la poesía nunca lo es. Hoy dejo en este blog un poema (un verso) de Julia Otxoa. Para que otra mujer, se dé por aludida:
Tú, el enamorado del mundo, el gran cansado, apoya tu vida sobre mis labios.
Así, aludidos, somos señalados:
Yo, el enamorado del mundo, el gran cansado, apoyo mi vida sobre tus labios
Hoy quiero no ser egoísta: la poesía nunca lo es. Hoy dejo en este blog un poema (un verso) de Julia Otxoa. Para que otra mujer, se dé por aludida:
Tú, el enamorado del mundo, el gran cansado, apoya tu vida sobre mis labios.
Así, aludidos, somos señalados:
Yo, el enamorado del mundo, el gran cansado, apoyo mi vida sobre tus labios
viernes, 15 de octubre de 2010
DETURPACIONES
Huelo a J.P. Gaultier. Rojo. 1951.
Sólo los tipos de mi edad acariciamos óleos
de Tanguy y fornicamos
con las notas de Vini Reilly.
Y fui tan ágil que derribé un régimen.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Jazz
Poseo ese empuje necesario y vital para amar la locura
que sólo tienen los imprecisos
los inexactos los alados los residuales
El alma cándida de los candados
El ruido categórico de los inocentes
El pabilo golpe de los desnudos
Ese empuje escrupuloso y científico
del perdedor riguroso
Mi amante mi amigo
mi angustioso y aveces nostálgico
yo
Soy un poeta al margen
He hecho en literatura una obra deslavazada
como mi tiempo
como yo mismo
Y como vosotros recordaréis.
que sólo tienen los imprecisos
los inexactos los alados los residuales
El alma cándida de los candados
El ruido categórico de los inocentes
El pabilo golpe de los desnudos
Ese empuje escrupuloso y científico
del perdedor riguroso
Mi amante mi amigo
mi angustioso y aveces nostálgico
yo
Soy un poeta al margen
He hecho en literatura una obra deslavazada
como mi tiempo
como yo mismo
Y como vosotros recordaréis.
martes, 5 de octubre de 2010
aquiles
Soy tu talón de Aquiles
pero también soy tu piedra talismán,
tu mineral ágata, turmalina del iris
el mercurio de tu nuca,
la moneda de cobre que paga
tus joyas,
el mineral acaso que nace entre el potasio
y la soda,
el grumo más pedúnculo de tu sangre
apretado entre el pulgar y el índice:
una pizca de luz en tu centro gris,
la metafísica del árbol que llevas dentro,
una gota de clorofila en el desierto.
pero también soy tu piedra talismán,
tu mineral ágata, turmalina del iris
el mercurio de tu nuca,
la moneda de cobre que paga
tus joyas,
el mineral acaso que nace entre el potasio
y la soda,
el grumo más pedúnculo de tu sangre
apretado entre el pulgar y el índice:
una pizca de luz en tu centro gris,
la metafísica del árbol que llevas dentro,
una gota de clorofila en el desierto.
lunes, 4 de octubre de 2010
TEMOR
Por ejemplo:
“Al borde de la niebla
existe algún misterio,
en su pábilo interior
la obligación de verlo.”
viernes, 1 de octubre de 2010
déjame abrazar tu taza
No tengo pasado.
Qué suerte tuve recordando
el olor de tu sexo
grabándose lento en mi lengua.
Eras un paladar denso
alargándose hasta mi pobre memoria
de poeta roto
que olvida los perfumes.
¿Para qué señalas el norte
abriéndote lenta,
como el morado perfume de tu sexo?.
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