miércoles, 10 de octubre de 2012

La escuela culta

Toda longitud deriva en distancia
porque así el hombre lo comprende
dándose como fórmula
el punto de partida también el de llegada.
Ante esa fórmula geométrica a la que nombra
con el nombre de esperanza
se esfuerza en el cálculo
dedica su tiempo al suplicio de lo culto
crea enormes expectativas
distancias necesarias para darse a conocer
que los otros sepan de su existencia.
Simplemente: se hace propaganda.

Así denunciándome sudor pereza
voy hombre reduciéndome gota a gota hedentina
me digo: este yo mío que me incorpora
y me soporta va a mi encuentro
con la dolorosa obligación de hacer un buen poema
en este instante que deduzco
que la literatura me necesita
me incorpora a su claustro
y pienso
si yo en estas horas de búsqueda
después de tanta espera
no habré llegado a la conclusión
de que toda llamada desde lujosos salones
mejor ignorarla
no tener en cuenta cantos de sirena.

Así descabalgado el caballero de la letra impresa
desarmado de plumas y de tintas
reuniose con el mejor yo.
Acogiéndose desde su hebra de gusano
a su labor de hilador
se dio al olvido hartándose de memoria
hasta que se le hizo tarde olvidándose
platicando con borrosos mensajes
en una lengua desconocida
donde incrustados jeroglíficos eran un tú
insalvable.
Se dio a la oscuridad y sus siniestros andamiajes
haciéndosele tarde se hizo retirado.
Un poeta visto al amanecer es una luz
sospechosa de un traje indeleble:
un ser desnudo batiendo sus alas
para viajar con rumbo a todas las huidas.