martes, 31 de enero de 2012

Noche cero

Llena de murmullos y altibajos
la noche se prolongó creciéndose
yendo por derroteros varios.
Yo te miraba y con un rumor de dientes apretados
te avisé te quise te sujeté.
Y dijiste.
No fuerces la aritmética sonora
donde añade cifras el ruido de los números
no sumes no multipliques
resta o divide
y serás el vencedor de muchos.

Si echas cuentas
siempre te saldrán errores
errores múltiples
de aquí y de allá
una hora un mes
aquel año:
un día sin que tú te dieras cuenta
capaz de encontrar lo más hermoso
por ejemplo me besaste o te besé.
No fuerces los errores del número primo
hecha leña si quieres al orden mundial
y observa su implacable matemática
de continuos desastres
donde no se tiene en cuenta
la culta armonía del cero.

Y te abracé. Como se abraza
cuando la noche se ha fortificado
en noctámbulos candiles
y luces pábilas
y ya todo es apagado.