viernes, 18 de octubre de 2013

Escoria

Cada noche hay un ardid
algo urdiéndose
que va encendiendo el fuego
de todas nuestras almas
algo que luego se alimenta
de esas cenizas que dejan
las emociones abrasadas.
Aventadas las pavesas
de esta gran hoguera
su abono de miedos
tan sólo quedan los restos
de seres humanos calcinados
que por la noche salen a compartir
su mirada fría
de escorias apagadas.