domingo, 2 de septiembre de 2012

Estoy cansado como un fardo o melancólico como un pleito

Estoy cansado como un fardo o melancólico como un pleito
estoy a solas conmigo y ya soy multitud.
Cansado como un viejo lagarto
inmóvil al tibio sol de invierno.

Entre el perineo y las mejillas no encuentro
la honradez geográfica de las regiones
ni la moral secreta de los poros o los álamos.
No encuentro el patio de pétalos de cera
ni el cero en llamas de pábilos candiles
ni el arma vertical de embelesados obreros
que van dejando en su caída mortal
el arañazo rojo de fósforo y cemento
en el andamio personal de sus ojeras.

No encuentro el clavicordio neumático
amortiguador de lánguidas emociones.
No encuentro la lengua sedienta de templada miel
o la palabra sin espinos de ese abrojo del llanto
la sal divina que maná del cielo aceitó nuestras bocas.

Entre tu bífida lengua y mi boca mutilada
no encuentro las claves del veneno
y tomada de ti tu carne como un principio
no encuentro una ley una norma un viejo tratado
que hable de el cómo de un beso.
Y ante la palabra de un dios callado
me he sentado a mirar en tus rodillas
la belleza otoñal de tus piernas.

Citas desinteresadas

Cuatro vasos de vino hicieron burla de mí.
-Manuel Fernández Bernaldez-