viernes, 11 de marzo de 2016

Merienda

Acabo de tomarme dos rebanadas de pan con miel.
Tomarse dos rebanadas de pan con miel
no es algo extraordinario que merezca
contarse en un poema.
Aunque la miel sea de azahar.
Aunque las haya regado con el blues
de un esclavo negro
y dos copas de Mencía.
Pero hoy es un día especial.
Paseando por la vida,
esta vida que tanto me cuesta pasear,
he recordado que hacía 50 años
que no tomaba pan con miel.
Hoy. Cincuenta años.
Cincuenta años regañado con las abejas.
Hoy es un día diferente,
he tomado por la boca mi niñez,
he buceado en otros amaneceres
donde libaba la soledad,
he claudicado como hombre,
he recuperado la miel.