martes, 17 de enero de 2017

Coartadas

Buscaba una coartada que justificara el deceso y se desabrochó los cordones de los zapatos para bajar las escaleras de su casa, los cinco pisos que le separaban de la calle, y a la altura del tercero rodó por la escaleras. Murió con el cuello roto, dijo el forense. Sois inteligentes cuando sois malos, debe ser el peligro a la extinción del ego disolviéndose como una pastilla en el vaso de agua, o una cuestión de supervivencia lo que hace que se despierten los sentidos poco nobles. En estado normal de relajo y placidez, cuando sois buenos parecéis simples, y acude el tedio: no hay nada que defender que merezca la pena o algo por lo que jugarse el pellejo. Mire usted, algunos poetas no estamos contaminados por mucho que nos adulen los mediocres: seguimos haciendo una poesía digna. Y luego está Roberto Bolaño diciendo que en una reunión con veinte amigos escritores todos creían que pasarían a formar parte de la Historia Universal de la Literatura, esta cosa efímera que sirve para sacarse alguna espina de la nuca o una muela cariada de las vértebras de pensar cinturas. Siguen quemándose las hojas secas en hornos de cenizas que luego son arrojadas con cierta ceremonia sobre el mar, los campos. La Tierra está llenita de seres muertos que en vida ponían su alma a buen recaudo, en cuentas privadas o paraísos fiscales, queriendo trascender a un Adán que ya fue desahuciado. Esta noche golpeo las puertas con un zapato verde, los adoquines de las calles con un puño negro, y desde ese verdinegro prometedor, miro con ojos de aceituna un caballo blanco eternamente sin montura, que galopa desde hace miles de años los páramos, los bosques solitarios, buscando un jinete que sepa cabalgarlo. Fin de los barcos, anclados en puerto viven de la sed.

lunes, 16 de enero de 2017

Lento muy lento

Lento muy lento acudo a socorrer la luz
ahora que hay un aire abandonado
voy recogiendo basuras blancas
que trae este viento de invierno.

Se mueve el día y se mueve la noche
se balancea el ciprés y el agua
y se balancean mis dedos sobre el hilo
blanco de las retamas muertas.

Invento un paisaje para coincidir con otros
ahora que voy lento muy lento 
solo no soy nada me hundo en aquel
que lleva una flores entre los brazos.


jueves, 12 de enero de 2017

El grosor de las masas

                     Pero en su noche, grávida de mármol,
                     un vago pueblo, entre raíces de árboles,
                     por ti se ha decidido lentamente.
                     -Paul Valéry-


Llego levantándome
me estiro encogiéndome
de una pereza de clase obrera
copa de coñac garganta y fuego
que recoge su vidrio
y va volcando su ira
la botella se vierte
viuda de mi padre saturnino
fratricida de mi hermano gemelo
de césar de juan de mí
el gollete sigue desaguando
por la garganta de los hombres
como por afluentes
canales o bocanas
el rito
los ritos
la búsqueda que hace trizas
al hombre solitario
guiado por licores
la alquimia del hueso
el curso de las letras
el grosor de las masas
el volumen de la literatura
donde sangran los nudillos
las yemas de los dedos
la aspereza desgarrada de las uñas
su arañazo primero
la cal azul de la mirada
el vuelo de las aves
pájaros veloces 
de azucarado canto
que hacen gemir la fría llave
girando en su vitelina cerradura
misterios ocultos en el hermético pestillo
en el vientre céntimo
en el nido oculto.
Poema o padre
hermano camarada
vil pellejo
ahora te toca a ti levantar la mirada
clamar como un hombre desnudo y tibio
subido a una roca
un día que creyó
sin duda
estar seriamente dispuesto al sacrificio.

La vida

                             Después de todo no fue tan malo haber vivido
                             -Luis Miguel Rabanal-


Fue allí, en aquella oscuridad
que antes que yo visitó Luis,
Miguel o Juan,
o aquel tipo alto de traje negro,
donde dejé las libretas emborronadas
y rotas
de la vida, 
de la cual fui tomando notas
con mano insegura,
tal vez con la incertidumbre
de querer saber
que esa vida, al final 
tan solo es un trámite perfecto
para entender la muerte.

Nunca supe si estar solo
también era un recuerdo
de haber vivido
en esa oscuridad.

lunes, 9 de enero de 2017

Los otros poetas

Tu coño de gaviota azul se levanta entre dos alas
y alza el vuelo, en mis manos queda el hueco
de lo que no tuve,
esto lo podía haber escrito Louis Aragon
pero ese día estaba en una reunión del comité central;

tus pies de cebra pisan la playa cuando el sol muere,
hay otras puertas tendidas al amanecer como ángeles marinos,
pero estos versos no los pudo escribir Breton,
volaba hacia México seguido de cerca
por un miembro del comité central;

y así
un corazón en llamas arde sobre Paris
mientras ella muere entre mis brazos
nunca serán versos de Paul Éluard,
ese día estaba rompiendo en mil pedazos
el carnet del PCF;

la vida nos fue poniendo en su sitio
a ellos,
y a mí me dejó esta guita verde y larga
de peonza obsesiva y bailarina
que sale viscosa de mi boca y danza sobre
las arenas ardientes,
mientras jóvenes cicutas con la lengua negra
leen versos sacados del cráneo amarillo de Rimbaud:
no podré pisar las plazas,
la mujer con sombrilla camina junto al burgués
sus guantes de armiño recogen delicadas hojas
sobre los adoquines dorados del otoño.

Crecen los días y hoy es tan fácil morir como vivir.

Las venas del poeta se llenan de zapatos rojos
de uñas postizas y nalgas de mujeres excitadas;
envuelto en papel de periódico hay un posible poema
de Verlaine que nunca leerá aquel obrero de la Perkins:
“Caballo negro sobre caballo blanco, el mulo transparente
su hocico empapado de hierbas rumia una soledad
de siglos compartidos con un largo deseo
y al caer la noche
sus lágrimas empapan el pesebre”.

La luna sale cada noche tan sólo para mí.
Los otros poetas me protegen del miedo
en este amenazante siglo vocinglero. Reúno piedras,
pequeñas piedras. Levanto una solemne barricada.

viernes, 6 de enero de 2017

Quedan inmóviles pendientes

Quedan inmóviles pendientes
un largo índice de rojos fracasados
amando su codo izquierdo
su labio inferior
su frente amplia
sus orejas de música
sus rodillas de fuego.
Quedan inmóviles y pendencieros
guerreros de la noche
esta tarjeta de visita
este cuaderno
esta delicada noche con su fiesta de baile
donde nunca te saqué a bailar
pero tu cintura danzaba entre mis manos
y me enamoré de ti como un normal.

Quedan las pérdidas:
todas las oportunidades vacuas de cada día
y largos borradores de urgentes versos
precipitados: su borrón de lágrimas
templadas. El papel secante
amansando el dolor de un mal poema.
Queda la música de Aute
O la de Silvio o la de Pablo.
El patio de Triana y un blues de Mayall.

Azules musarañas
teatros en el cielo
asustadas bandadas de pájaros negros
en el invierno húmedo de los campos
alegres y tristes
de esta España hermosa y plana
aquella partida de bandidos imbatibles
maquis románticos o no
en los montes secretos de la noche
resistiendo la soledad de la muerte.
Quedan inmóviles pendientes
rosas tatuadas en la piel de las ingles
una flor por cada amor fracasado.

Finísima piel dolida
tan necesaria y precisa para amar
para sufrir puñaladas azules y de oro
y desangrarse de un único amor
un amor irrepetible y acabado.
Todo es efímero
los lobos se amansan. Desaparecen los bosques
y aumentan las huidas y el aplauso.

Tus ojos y los míos se miran tristes.