lunes, 16 de enero de 2012

Citas desinteresadas

El desasosiego de ver crecer el desierto,
hace temblar en agosto el corazón de los manzanos.
-Julia Otxoa-

Dulce desvelo


Me volví a casa caminando, con el fresco de la mañana,
durante un rato del trayecto con Bea, otro rato sola,
te escribí un correo y me fui a la cama.(*)
Encontré en las sábanas un perfume dulce
que me trajo el recuerdo de un hombre triste
que me amó tan lento que se hicieron lluvia
mis besos en su boca.
Y mis lágrimas en su mejilla,
afluente de vidrios y calles solitarias.
Y amaneció después un día frío
como aquel perfume suyo
que me amo tan lento
como un recuerdo dulce.
























(*) Los tres primeros versos me los ha prestado,
suyos eran, Carmen Muñoz. Agradecido quedo.

Corre la sangre del poeta

Corre la sangre del poeta por aceras
hacia alcantarillas profundas,
precedieron en su vida puñaladas rotas,
abierta la carne por heridas púrpuras,
sobre un cuerpo que siempre supo
que venerar al otro era mutilarse
o quemarse un poco a lo bonzo
bajo la sombra de bruñidos edificios,
aclamado por sedientos seguidores,
lectores compulsivos de poesía.

Dijo, citó como pudo, antes de morir,
que romper la mansedumbre de la palabra
era construir el verso indomable del poema.
Y llevaron luego su hermoso cadáver
a escenarios lánguidos
donde rutilantes esteticistas
le pusieron menta y laurel
una pincelada de óleo,
ramita de lino,
y en su boca acomodaron
la palabra fin.

Dicen que como se esperaba
aumentaron las ventas.