miércoles, 9 de noviembre de 2011

Como una rosa pálida

Como una rosa pálida tu enagua de hilo líbido, tu beso.
Sobre tu mano malva mi sangre de óleo blanco, tus labios.
El viento de tus mejillas acariciadas arrebol, tu pecho.
El mar azucarado de tu saliva mística, el miedo.
La árida lengua que delata el calor de mi alma, el pozo.

Los cuerpos. Estos cuerpos de salinidad idílica
que sudan y se usan.