lunes, 17 de septiembre de 2012

Danza

Con este cuerpo mío que se aleja
también soy capaz de amarte
rodearme de ti
dar nudo a nuestras vidas
poner a disposición de sus formas
las clavijas que afinan nuestros besos
mortales porque fueron gestados
para sonar en ti en mí
durante las otras noches.

Tus labios lo pronuncian y el cuerpo lo canta
más allá de nosotros existe el perdón
arriba en las alturas agoniza el átomo
que la lengua elevó hasta andamios
de piedra donde se agitan cartulinas fugaces
estrellas de papel
la plata de los ríos
todos ellos se pierden en la distancia
y hacen de ésta un líquido horizonte.

Y en el mar una lluvia de azúcar atrae
a una danza boba y dulce a las anémonas
incitándolas a bailar imitan
el monocorde vuelo de las abejas.
También como ellas liban en la piel del mar
se alimentan del panal de nuca y ola
que sube desde los cajones sordos y profundos
de las oceánicas alcobas nupciales.

Y yo
solitario náufrago
me abracé a ti como una cicatriz
abraza el paraíso
donde el recuerdo dice que la tierra
sobre la que te amé huele a sexo
y a manzanas
a noches de sedas frías atándonos.