lunes, 6 de abril de 2015

Hombre lento, indio, náufrago, poeta

Hombre lento, indio, náufrago, poeta...
-Carmen Muñoz-

Hombre lento, indio, náufrago, poeta,
me llamaron esta tarde a punto de ser otro.
Ese otro que se recoge a meditar
y rompe anotaciones,
papeles con números o flechas
unas para arriba,
otras casi nunca,
erratas o fondos de saco,
casi siempre direcciones prohibidas
que supuestamente me dicen
adónde dirigirme dentro del poema,
y qué cantidad de papeles escritos
son importantes, fundamentales
para que el borrador acceda a original,
pero que un día, ni más ni menos azul que otro,
dejan de serlo caprichosamente,
y son un esbozo retorcido en la papelera.
Insignificantes los miro ahora,
recordando, que imprescindibles,
un día me salvaron la vida.

Me recojo a meditar.
Veo al indio en la pradera,
al náufrago sin letras,
al poeta o vate retirándose a pensar
cómo se construye un poema
que diga la verdad
para que la mentira sea cierta.
Y escribo:
del atropello mortal quedó en el suelo
una agenda, un bolígrafo negro
y unas gotas de sangre.

Del atropello mortal quedó en el aire
el nombre de un hombre y de un tiempo,
la leyenda en la que yo era un hombre lento
un indio, un náufrago, un poeta.