miércoles, 19 de octubre de 2011

OBRA COMPLETA: UN YO DE MÍ












































NOTA

“Un yo de mí” debe su título al poeta Josep Palau i Fabre y a su poema “Yo me daría a quien me quisiera”. Un hermoso poema musicalizado en su día por la cantante menorquina María del Mar Bonet.














MOSTOLES 1993&2007















            Yo me daría a quien me quisiera
            como si ni cuenta me diera
            de mi entregarme: como si lo hiciera
            un yo de mí que me ignorase.
            -Josep Palau i Fabre-


            de modo que no hay sol ni hay revelaciones
            ni víctima tampoco
            yo solamente y el sudario luego
            y un bulto muerto ya
            -Samuel Beckett–











1



Ciego
todo se ordena
en la penumbra de la tierra
donde habito
con ese miedo lógico a la muerte.





2



Yo solo
únicamente
incierto o gemido
y no había nadie más.





3



Dejo mi café
mil veces diluido
y todo lo que amarga.





4



Soy un tiro por la espalda
ese desasosiego de la trastienda.





5



Rosas a contraluz
la yema del dedo
acaricia el hilo
el sol penetra en la herida
iluminando el pasado.
Miro por la ventana
calle abajo llegan
caballos de oro y nieve:
en una gota de sangre
se desvanecen.




6



Yo era todo ese lodo
toda la pus gemía en mi corazón
yo era pedacitos
o alquimias
numen proletario.





7



Siempre tras el amor de alguien que amó
yo socialista
que medro sobre el llanto
de los otros
con ese amor terrible
que los demás me hurtan.





8



....Y mi carne desgastada
por el beso
que me niegas.





9



Desde este dilatado deseo
hasta tu posición
sagrada y oscura
desde las peligrosas áreas
sojuzgadas e invadidas
hasta este misterio
de tropel y grutas
en breve me dirás
que todo sobra
al otro lado fácil y blando
de nuestra apostada ternura.





10



Ese tumulto orgánico
que mezcla ánima o líquidos
o ensombrece esos lípidos
o pisotea mis vísceras.





11



Esa llave que abre la sangre
dolida paloma de la noche
tus limpias plumas de sal
llámame
ahora que suenan a beso
los árboles
movidos por el viento
y limpias tu pico
con las flores del mirto.





12



Yo amé con otros hombres
en los pétreos caminos
que a la ciudad llevan
verde escapulario selvático
donde los lirios del templo
lloran.





13



Nunca fui una piedra
era esa masa incomprendida
ese asfalto negro
ese engrudo solitario
jamás fui duro
sólo un grosero ósculo
era ese dolor de esquina poderosa
como una boca muda e intraspasable.





14



Hoy he cogido un libro de ensayo
(autor desconocido)
un par de clavos con herrumbre
(pretendía crucificarme)
mi foto de primera comunión
y cierto pasado embotellado
con la intención de componer mi figura
autorretrato de alguien familiar
o que me aprecia
(aquellos pelos de hippie).





15



No es el descaro de leer poemas
son los oídos vergonzosos
que me eluden.





16



Dos lágrimas divinas
uncidas ya
encaladas
lapidadas
alimento de mi pobre
vida.





17



Ese tétrico modelo sin alas
que tú hacinas
ese patético busto que modelas
este perfil nunca tuyo
el gesto siempre extraño
de los contrarios.





18



Ese nudo de sal
que formas en mi boca
con tu lengua de monotonía
ese amor tantas veces desvestido
entre mis manos eras sencillez.





19



No era ese estambre
ni ese pétalo
la unidad de la flor
esa sonrisa
sí fue la humedad perseguida
ese beso la raíz.





20



No es mejor agua
por ser buen camino
no es así
sólo flujo
comisura ensalivada
ese beso
logradamente húmedo.
Tu boca de caminante
sediento.





21



Ella es la única flor
rehuye el contacto en esa edad difícil
sólo el ánimo me recoge
porque nunca las promesas
sirven
útiles para nada
el amor.





22



Sobre sombras la caída de la tarde
sombreros o paraguas
soliloquios o medeas
o por fin
ella.





23



Yo sólo quería olvidar
ella sí
mi pobrísima vida
ya finalizando.





24



Estriado bálsamo
pomada dolorida
esa piel de paloma
o esas plumas del pubis.





25



Soy el amante más muerto
descubierto
cuando ya nada
soledad el pobrecito
mi almita.





26



Yo quisiera tu mano descarnada
los huesos metacarpos
y el guante que la cubre
un hilo de tu tacto.





27



Y aunque me rompo
en tu acantilado
prenda mía
náufrago reincidente
siempre pregunto a las rocas
tu nombre que me olvida.





28



....Y si tanto tesón no sirve
para que te ame
mientras leo brevemente
mientras leo
o me levanto
y te dejo sola
o miramos nuestros ojos
o pedimos la cuenta
quizás crepusculario
quizás horror o meta
o ese frío gesto de tus labios
o mira
deja que las piedras
dirijan nuestros pasos.





29



Ayer día quince
acudí a tus ojos
desnudo como siempre
y era ese triste dieciséis
que tú habías olvidado.





30


Llueven golondrinas
la fugacidad de sus trinos.
Sonámbulas hiedras
palpando el mármol.
El venerable miedo
cuando arropas mis ojos.
Las aureolas mudas
de tus senos.
La adrenalina encarcelada
como un miedo agónico.





31



Corrígeme estos versos
y añade alguna duda a todos ellos
mas no esperes de mí
una brizna de hombría o misericordia.





32



Ahora que te he perdido
ahora por fin
que ya nada nos une
lloro páginas
estoy asustado
con la mirada y la ausencia
traspapeladas.





33



Medras oropéndola
planeas valle
funicular montañoso
amerizas
como quien ama
las rocas bajo el mar.
Pero tan sólo eres un pájaro
con los vestidos manchados de azul.





34



Más que líquidas piedras
yo tengo cada mañana
esa caricia que limita
abre un sol
deja ver la carne dura
que molesta
abundancia de defectos
últimos
hundiéndose
en nuestra belleza.





35



Era una piedra
una piedra sola
sola
hasta que un beso
la volvió aire
aire.





36



De la mano me llevas
aparentando lo que somos
calladitos
licenciosos
ruborizados.





37



Nos pesan los abrazos
en el abrazo
en el adiós
en el hasta siempre
que siempre dejan dulces
y vacios los dulces brazos.





38



Tú no eras de nadie
hasta que un hombre
añil y macilento
pisó tu tumba
holló tu recuerdo.





39



Yo que era solo
ahora siempre
por fin sin ti
quedo musitando
individualismo
placenta que retoma
mi origen
ya
yo.





40



Brote hoy
como ayer el sol
grita
dispón que los árboles
giren dancen
opriman la amapola
allá
en mi pobre
vientrecito.





41



Una sola piedra
ese camino
un cero
o un círculo
esa necrosis
esa nimia ceremonia
ese cerco
que rodea tu yo
hoy
siempre.





42



Cada tarde es otoño o quién sabe
lo que eres
sin lodo en la mirada
sin embargo
ese pozo profundo
ese lazo
átame
ya
a tu brocal de honda humedad.





43



Estoy perdido
lo creo todo
fumo tos y garganta
soy la creencia crónica
solamente una fragancia
degollada
ya.





44



Algunos perfiles
con un poco de pincel
algunas líneas
con un poco de sombra
algún cuerpo
con sus recuerdos
ese ataúd.





45



Soliloquio del individuo
un yo compartido.





46



Y sin histerias
tanta edad temprano o tarde
te lleva
te aleja
o soledad
hacia la juventud
o dolorido siempre.





47



Un sólo barco en la mar
navega
un solo corazón dolorido
naufraga
inundado en sangre
mía.





48



Lágrima
sequía
seda
oro líquido
subo
ya llego
reliquia.
Los bordes
de tus vestidos
exactas fronteras.





49



Mira
no hay dolor
sin dolor
esa sequedad
esa cosa matemática
ese lápiz que me lleva
letra a letra
por un bosque de escritura
sacra
mira.





50



Yo que era sal
ahora ola
yo que era ola
ahora sólo
espuma de mi origen.





51



Una sombra un ruido
la calle
el tiempo que pasamos
lo que ambos recogemos
las palabras
rotas y presas.





52



Yo escribo por instinto
como el que sueña por costumbre
o reprime sus ideas
o vaga y es tomado por un loco.










ANEXO AUTOCENSURADO





uno



los gestos sólo son estrategias
del cuerpo malherido
apariencias disueltas
en triunfos posibles.





dos



como siempre:
el giro de la noche emprendida
el común deseo
la postura que desnuda
el cuerpo que se añora
estos dislocados sueños
estas agarrotadas normas
estos viejos sinónimos.





tres



...esos que acuden a tiempo
de socorrer leves arañazos
péndulo que acicala la raíz de la herida...
...y encontrar al hombre humano
que te abraza o acaricia
y deja de ser para siempre
un arma peligrosa.





cuatro



...y yo lloro música
o él lloró fuego
música de lágrimas y fuego
desde lo más alto
la sola imagen del perdedor
se lamía las heridas
dulce estatua de piedra
cubierta de vendajes.





cinco



...y si ves
que vas
o acudes nadando
limpia el agua
de ti
y suda
esa gota que nadie bebe.





seis



abre la espita de tu corazón
y fumiga las avispas de tu sangre
ventila por fin estos labios
de enormes enemigos
que deja besos de muerte en cada sueño.





siete



yo voy huyendo el día que me dejan
yo siempre huyo
yo voy huyendo el día que me persiguen
y en la huida
otros se cruzan en mi camino
toman direcciones diferentes:
huyen como yo.





ocho



buscando al responsable de estas historias
he descubierto que todos reunían condiciones
un don
una gracia
la tétrica floritura del gesto.





nueve



que se burle de mí el poeta premiado
y el crítico al que pagan
que el académico declare
que mi obra poética no tiene
categoría para ser obra
ni armonía para ser poética
y que todos los obreros aprendan
por fin
quien es el enemigo de sus versos.





diez



ando con mi literatura
al borde de mis nervios
y sudo un acantilado
de sueldos y salarios.





final



tuyo por fin
tomás rivero
yo
no sobra nada.










TULIPANES ROSAS






UNO



Cojo de tus manos
el gesto que acaricia
la avaricia del tacto
el pacto siempre en vilo
el hilo que nos ata.





DOS



Fui un amante sin careta
un hombre abandonado
de rumbos olvidables
fui tu equipaje imprescindible
un grito helado
una lanza oculta en jubones
de descalzos beatos.





                                                           tus infantiles senos
                                                           demasiados humanos..
                                                           -Arthur Rimbaud-
TRES



Ellos se agigantan
ellos son
como dos besos desatados
en la noche de lluvia
crecen bajo la lengua que ensaliva
o lengua despiadada
se hacen mayores
en la soledad de la ofensa.





                                                           vigila el crecimiento
                                                           -F. Brines-
CUATRO



vigila el crecimiento de mis esporas
soy la flor prepucial que tanto anhelas
vigila si me crece o se me engana
soy la piel que se estira y envenena
tu clitorial rosetón de porcelana.








VERSOS CORREGIDOS





I


Alturas versos multitud
labio húmedo
otro licor
delicado juego
o como dice Piera:
"la explicación de todos los poemas”
o como digo yo:
esa zona neutra y viscosa que une
las vestimentas con la carne
también llamada sombras
y más tarde tumbas
el permanente error de la escritura.





II



He escrito poemas conmovedores
que nunca han conmovido.





III



Porque no hay después
ni perdón ni lo siento
un grito lo invade todo
un dolor legítimo
se va extendiendo
sobre la ciudad.





IV



Escribo en la espalda del papel
me sufre la enfermedad
que llevo desgastando a vase de nostalgias
y de dudas
a base de ignorancias y sufridos desdenes
y giro
para ver de frente el rostro
de un ser descompuesto y sin palabras
que me invita a seguirle
sin coincidencias
a través de espejos inmarcesibles.





V



Me dejan solo como si nadie hubiera
cierran la casa
sus puertas
y se alejan
yo tengo la llave que abre sus corazones
ellos la cerradura
que acorta distancias.





VI



En cualquier parte un ser paciente
espera mi llamada
yo espero una dirección
un número
una ciudad
el motivo que justifica el gesto
el gesto que analice el ruido.





VII



Tras la rutina diaria
agotado tu tiempo
el fin sólo es un breve ademán
como correr una cortina
o colgar en la percha el gabán
y dejar sobre la silla los papeles.
Todas las huellas
denotan la presencia
de un ser mágico
falso y verdadero
que procura hacerse con las riendas
compartiendo incursiones
en las filas enemigas.






VIII



Esos líquidos amargos
que crees beber
y jamás aportas
me dicen
mas yo sé bien donde adquieren
el agua y sus azúcares.





IX



Tú no eres tú
todo lo que soportas
son frases diminutas
o entrecortadas actitudes
que te ingresan en prisión
voluntaria.





X



Desierto
presa tétrica
anónimo
pendular hexágono
amado o solitario
gemido
espejismo.
Todos adivinan
que soy yo.





XI



La liviandad de la arena el cielo
esas redes que dispongo
con ordenado celo
para que el viento rompa
todo el entramado:
nudos de arena
espejos
jabones
alfileres
agua de cristal
espumas de sirenas.
Ahora el dedo acusador
dice que ya es tarde
para elevar anclas.





XII



Rotas las películas y las fotografías
busco un hueco de la casa
donde dejar los besos que aprendí
ese dolor nuevo
que sin la difícil tarea del aprendizaje
todo me lo enseñe.





XIII



Podemos encontrarnos
junto a esas viejas ánforas
escondidas en la maleza
nosotros dos entre los ecos
del barro inmaculado
sonido mensurable y pálido
soledad cuando seamos
entre la ciudad y el horizonte
sol y sal entre el gentío.





XIV



Apenas sombreada
separada de la luz
tendida
deshojada para ser abierta
este corazón mío roto
te recoge levedad
te lleva a otras alturas
para hacerte
inolvidable perfume:
imborrable recuerdo.





XV



Nada impedirá que otros
penetren en mi interior
en mis cosas más profundas
más allegadas
quizás opriman con sus dedos
la carne
tengan influencias en mis ceses
o consigan un breve espacio
allí donde mora el corazón
y se alejen luego
dejando en mí
su sello redentor
de impenetrables miedos.





XVI



Ahora que ya por fin me reconforto
y te agradezco
no quieras que también te recuerde
viviré solo
olvidando
el defecto humano
que me reconcilie
con la ausencia total
de todos tus objetos.





XVII



Pregúntame desde la lejana sombra
en la que me oculto
por el amargo paisaje que me hospeda
en las sombras yo dispongo de un minuto
para salir huyendo hasta la jungla
donde tengo el eterno refugio
de la fiera herida
el cubil del incesante viajero
salvaje y mudo.





XVIII



Ahora que escupes mi recuerdo
en esa zarza
deja que yo coma las moras
de tu saliva.





XIX



Los pájaros gorriones
los tordos invernales
y esa sombra que se proyecta
pronosticando pesadumbre
los días flacos
las calles
un hombre
la vida rotunda
mis labios
en el borde acantilado
de tu talle.





XX



Gira dentro de mi
la rueda del poeta atormentado
y en su giro
la escritura va diluyendo
ese engrudo tan amado
que esquiva mis sentidos
discurre en mi presencia
desprecia mi pasado
y no quiere saber nada de mí.
Se hacen versos las letras
atándose para no morir
y ellas son las que me informan
que estos poemas
es otro el que los lee
inútilmente.





XXI



Tétrica palabra
ruin deseo
fétida sombra.
La gimnasia del verso.





XXII



Por entre lunas o frases
un temor invertebrado
algo de serpiente y tiempo
la ruina
las plazas
los escombros.
Aquellos muros amasados
con polvo y lágrimas
ungüentos de tosca solución
a ese mal acaecido:
el barro de las multitudes.





XXIII



Sentimentalmente desabrochada
la camisa duda
y la pregunta clara
se desnuda en mi pecho
me abandona
acontece y grita.
Yo sucedo si conmigo suceden
tantas cosas como espero.
En estos instantes
soy un manso perro
lamiéndote la herida.





XXIV



Los versos son palabras
que guardan el sigilo del silencio.
















         *****         *****         *****








Imagen de portada:
Máscara de barro de Tomás Rivero. Benjamín Arenas.