viernes, 29 de septiembre de 2017

Tiempo y medida

Su pene media 12 minutos y treinta segundos,
y más tarde de eso ya no había tiempo
para medir posibles distancias,
ni para marcar las lindes
del sudor necesario que los abrazara.
Y se hizo el silencio entre ambos.

Flácido, durmió mientras ella se vestía
y abandonaba la alcoba.
Era un hombre solo
sin medida ni tiempo,
recogido en la sangre
de los que sufrieron la sed
de este enorme desierto.