viernes, 17 de octubre de 2014

Como se nombra una calle

cuando quise ser la caligrafía de las brasas,
-Amalia Iglesias-

CUANDO quise ser la caligrafía de las brasas
tu alma trajo tristeza hasta la noche,
que escribió poemas de alcohol en las paredes,
y se meció al viento de las cortinas
un brumo eco de lejanos besos rotos.
Tu boca era de orfandad y frío
y mi mano te nombró
como se nombra a una calle
cuando uno está perdido.