jueves, 1 de marzo de 2012

Antonio Serrano

Hoy no hay blues. Hay esto. Esto es lo que hay. Esta vida, que si no es una manera de ver el blues que vengan los gitanos.
Antonio Serrano a la armónica. La mejor de este país. Y todos los demás músicos que le acompañan. Pondremos música para la crisis. Para todas las crisis. Todas las músicas.
Y si no tenemos crisis, sería bueno tenerla. Para escuchar el alma azul de las antenas.



Tema "LIBERTANGO" de Astor Piazzolla
arreglado para el cd "Armonitango" (Casa Limon)
de Antonio Serrano, grabado en 2007.
Intervienen en el CD:
Antonio Serrano (armónica)
Toots Thielemans (armónica)
José Reinoso (piano)
Jerry Gonzalez (trompeta)
Raynald Colom (trompeta)
Jorge Pardo (flauta)
Javier Colina y Elsy Heredia (contrabajo)
Alain Perez (bajo)
Niño Josele y Javier Limón (guitarra flamenca y palmas)
Horacio el Negro (bateria)
Pepe Espinosa (percusion)
Piraña (cajon y palmas).

Vendrán más años


Vendrán más años malos
y nos harán más ciegos.
-Rafael Sánchez Ferlosio-


Un hombre puede agotarse perder sus posibilidades
de seguir como pájaro o navío o mirada de caballo
y en horas vagas venirse a garfio a manco a ira,
bajo un cielo gris morir aprovechando las facilidades
que da la vida y ya nada será igual para nadie.

Pero vendrán más hombres y nos harán más tristes,
como de un miedo de sacos hombres sacamantecas
o detrás de la puerta un susto, nos hablarán
por ejemplo, de todas esas cosas tristes y oscuras
que suele dejar el día abandonadas en un rincón
por insensibles, por aburridas y perecederas.

Apagarse. Dejar de ser uno para ser otra cosa
ser otra cosa que dará sentido a la forma.
Simples y fáciles las aguas como alas encendidas
recordarán al sol su verano de gloria y felicidad.

Vendrán más años nuevos y nos harán tan distintos
como fuimos siempre, como siempre hemos sido
paisaje aterido y tan distante de nosotros
como nosotros de las montañas, su horizonte.
¿Qué pusieron detrás que nadie hubo
dispuesto a arrojarse a una sima de dudas?

Cuerpos abandonados

Como tu ropa quitándose
el cuerpo que soporta,
descansando de tu carne
sobre sillas o camas o sofás;
también la ciudad
al despojarse de ti
reúne millones de alcobas,
dónde a solas comprendes
que hay otras ropas
iguales a las tuyas
deslizándose en silencio
hasta armarios oscuros
hasta perchas de abrazos inhumanos.
A solas no eres otra.
A solas permaneces.
Y hay un rito en los grifos
que gotean la noche.