viernes, 21 de marzo de 2014

Tu alma de aljibe

Tus caballos se mueren por falta de viento.
-Neorrabioso-

Levanta la mano izquierda,
empuña el viejo portaminas,
pon aquí un verso como una noria
que gire en canjilones de agua y saque de ti,
como de un pozo
un cuerpo dulce y suave como una sábana
cubierta de pasado, de gloria,
de húmedas arrugas,
o de historias nuevas.

Recupera la memoria de aquellas lágrimas
que cayeron un día que nunca fue desierto,
en tu alma de aljibe,
serena
y sin los misterios geográficos
de un laberinto.

Yo galopé en caballos que rimaban con fuego,
y sus crines de agua amaron la lluvia,
como la amaban las nubes,
los peces o los helechos.

Sin espuelas ni espinas,
aquellos caballos veloces
sembraron de huracanes
cada uno de mis recuerdos.