martes, 26 de abril de 2016

Seis

Hoy es el cumpleaños de este blog y van seis. 180.000 entradas. A un verso la entrada, nado en poemas. Poesía. Todo es exceso. Nosotros los excesivos. Los otros los necesarios. La vida es tan sólo una palabra. Buscar la vida y esa palabra, morir por ella.


jueves, 21 de abril de 2016

Escaleras

Qué pronto has cruzado la vida de los otros
y te has instalado en la noche,
que te pertenece de manera inapelable.
Después de tomar café
en las escaleras de tu casa
encuentras a un hombre llorando.
Te mira entre lágrimas
y te da los buenos días
o las buenas noches
qué más da,
él siempre está a todas horas
en esa escalera,
siempre
llora inconsolable.



Apenas un poema

Apenas una palabra,
como una voz
que te habita desde lo más hondo,
roza la noche,
la soledad torpe de la noche,
una palabra cogida al azar
que escuchaste en tu oreja sorda
o leíste en tu libro mudo,
y piensas en esas viejas historias
que cruzan la vida
y que van de aquí para allá,
turbias, oscuras.

Y el día te encuentra
solo,
sin un lápiz puntual
que aminore el ruido del amor
y sus afectos,
sin un papel donde anotar
con la tinta incolora del silencio
que eres protagonista indeseable de la vida;
sin amigos,
en brazos de una mujer que no recuerdas,
dónde, a qué hora la conociste,
y huyes de allí con un grito
sujeto a tu vientre,
sin el recuerdo de una caricia,
el sabor de un beso o una palabra.

Regresas caminando hasta casa
con un ansia dolorosa de madrugada,
sabiendo
que aquello que podías haber
sentido por ella
ya no sirve para nada,
pues tú siempre vives solo
y nunca nadie te acompaña
o desea.
Y nunca,
por cuestiones de principios vanos,
acumulas afectos,
dependencias.

Ni tienes un lápiz puntual
para clavarte las manos.

miércoles, 13 de abril de 2016

Corre la sangre del poeta

Corre la sangre del poeta por aceras

hacia alcantarillas profundas,
precedieron en su vida puñaladas rotas,
abierta la carne por heridas púrpuras,
sobre un cuerpo que siempre supo
que venerar al otro era mutilarse
o quemarse un poco a lo bonzo
bajo la sombra de bruñidos edificios,
aclamado por sedientos seguidores,
lectores compulsivos de poesía.

Dijo, citó como pudo, antes de morir,
que romper la mansedumbre de la palabra
era construir el verso indomable del poema.
Y llevaron luego su hermoso cadáver
a escenarios lánguidos
donde rutilantes esteticistas
le pusieron menta y laurel
una pincelada de óleo,
ramita de lino,
y en su boca acomodaron
la palabra fin.

Dicen que como se esperaba
aumentaron las ventas.

domingo, 10 de abril de 2016

Soledad y casa

Sobre una tela sucia el cuerpo desnudo se lava
se acerca al borde de las necesidades
y frota sus paredes de carne con el paño gris
frota las manchas oscuras de la vida.
Dentro de la casa los grillos corren bajo las mesas
su canto metálico afila los cuchillos
que más tarde cortaran la carne
abriendo recuerdos y heridas del pasado
entre sus paredes blanqueadas hay 
un murmullo de cortinas y olor a café
hay pan triste y caliente rebanas apretadas
contra los pechos de leche y harina.
Te aman los descalzos de pie carnívoro
los mutilados con sangre de ave en los labios
su beso sabe a corteza y a mimbre verde
te aman con la piel que les dejó la historia
cicatrices y costuras y un olor a humo.
Los zapatos caminan solos
ahora los hombres huyen de las ciudades
ya no quedan selvas algún bosque los reclama
en las ramas más altas de los arboles más viejos
hay perchas abandonadas
cuelgan de ellas nidos de pájaros distintos
con dos picos cuatro alas y cabeza de pez.
Sobre una tela sucia dibujas ahora una vida
como si ungieras tu nombre con yerbas amargas
después de la penumbra atraviesas el umbral
más allá de los dinteles recuperas el tacto de las cosas
y los hombres aprietan sus falos contra la verdad
levantan sus ojos y su voz al cielo
se desliza por sus muslos blancos y famélicos
el semen de las cosas vanas de la vida.
El agua de los ríos arde
su aceite de peces deslizándose
las flores como velas encendidas las lleva el agua de lluvia
si dejas marcas de sudor y orín a lo largo del sendero
te seguirán caracoles azules y babosas negras.
Todo comienzo es una quimera
tú destejes madejas y madejas
tus ovillados dedos descubren la verdad.
Alguien te besó en los labios
y puso unas palabras como condición:
si te nombran todos eres sola.

Un cálido deseo de libertad

Cae agua,
una lluvia dormida arrastrada
por las alas desplegadas del viento,
cae un aldabón pesado de agua
sobre las grises piedras
y la llave rompe la dorada cerradura
y el manantial es fuente.
En el desierto de dunas arqueadas
cae la tarde como un velo
sobre una paloma muerta.
He leído las cuentas cosidas de todas
las semillas que cruzaron desde el norte
las montañas,
blancas como un recuerdo,
he leído el movimiento de tus labios,
su murmullo de pájaros.
Desnudándote en la tranquilidad del oasis,
tras el matorral de encendidos espinos,
sabes que en lo diáfano tú eres el secreto
y vas depositando tus vestidos
junto a un cálido deseo de libertad.
Y yo seguiré viviendo en un patio antiguo
habitado de viejas flores muertas,
junto a un mar de porcelanas rotas,
junto a noches de luna llena
que limpiaran las sombras,
la calamidad inútil de los rostros.
Ahora que todo parece alimentarse de agua
y miedo.

Recuerdo

Porque tú vengas no me voy a poner a temblar
como una hojita agarrada aún a la rama más alta,
no,
temblaré cuando la rama más alta caiga
y en su ruido,
conmigo caiga tu recuerdo.

jueves, 7 de abril de 2016

Redes

Escucha muchacha
eso que notas en la piel no es un trastorno pasajero,
no es frío que puedas cubrir con ropas abrigadas,
son las aguas de un río que arrastra hojas muertas,
peces brillantes y escurridizos, limos, y la mirada
de unos ojos que contemplaron su corriente aguas arriba.
No temas, el calor en los labios o el latido en las sienes
son emociones y ruidos semejantes
a el murmullo del agua que busca el mar
lamiendo día tras día tu cuerpo, haciendo cauce en ti.
Te lo dice un buceador de la vida
que supo que la piel, como las redes de los pescadores,
hay que repararla después de cada jornada
una vez recogidos los peces que van alimentar tu vida.