viernes, 23 de agosto de 2013

Buenos días hombres...

Buenos días hombres fuertes y ácidos
y templados y orgullosos.
Hombres y mujeres.
Ancianos que fueron ayer piel de manzana.
Son las siete y treinta y aún no amanece.
Hay luz artificial en las calles
y un apache sin caballo
bajo una farola en llamas
lee la prensa buscando noticias
de si los suyos ganaron o no la batalla.

Y a esta hora

que madruga para verme,
descubro que mi pene
es una crisálida que madura a mariposa.
A un tiempo efímero
de vuelos azules y venas pensativas
de ciervo en celo.
Y nadie mueve una mano para salvarme
del aire verde de mis alas
de árbol.

Buenos días ahora que

un rayo de sol ha roto
el cristal de mi ventana
y he llorado y reído
como un camicace.