martes, 21 de febrero de 2012

Círculos

Copió despacio en papel de estraza
poemas inservibles
dejándolos a resguardo
en aquellas amplias alcobas
desocupadas del corazón,
y dijo: ahora puedo escapar,
miró y vio que lo de siempre
era siempre igual,
que igual era como un sin vivir
y que sin vivir también se podía estar,
ya lo había demostrado
cuando acudía al trabajo para no hacer nada,
y sudando en lo doméstico
hizo el amor como nunca lo había hecho
porque siempre que se hace el amor
se hace distinto
porque nunca nada es igual
y porque todo circula y aunque parezca imposible
lo hace siempre en círculos evidentes.

El círculo, la ó, el cero, la rueda,
la noria.
Todo empezó un día que era redondo,
porque el sol y el cielo, la luna,
la tierra, el agua, eran redondas.
Huyó adónde el trigo,
organizó su páramo,
dejó sus libidos labios
en besos colgados de perchas incompletas,
derramó el vino antes de beberlo,
en una sombra escribió su nombre,
encontró otras aguas,
con ellas estaré limpio al alba o al amanecer,
mas no por eso dejaré de amar
recuerdos que tuve y que aún tengo,
esos son imborrables.


Ah! que bella es el agua
y tus ojos y la lengua y la palabra,
la palabra que vive en la lengua
en tu boca,
en el beso que nunca das
ese que siempre piensas
y que en ratos oscuros
cuentas con los dedos:
uno, dos, tres;
el círculo,
mi pequeño círculo
único y desapercibido.