viernes, 30 de septiembre de 2011

Maria Elena

Una vez escuché esta canción, tocada por Los Indios Tabajaras, mientras paseaba por la calle El Burro (calle de las putas) en Badajoz. Y desde entonces Joaquín Sabina y yo decidimos no sacarnos nunca el carnet de conducir y entenderlas. A las putas. Y amarlas.
La canción me recuerda aquel paseo. Dos de ellas, me propusieron amor. Pero, arrobado, me hice el estrecho.


JANIS JOPLIN



Esto es horrible. Parece que fue ayer y ya han pasado 41 años.
Cuarenta y un años, el próximo domingo, día 4 de octubre.


Yo también necesito una mano que llevarme al rostro.
Un guante para el tacto que soliviante
el poro del por qué
del que se alimenta el resto de mi carne,
esa pregunta que anda rondándome
hace tiempo
y hace pausas y hace gárgaras el tiempo.


Mi higado de esponja empapado en olvido,
el corazón apretado en esta caja de cofre
que froté bajo el agua de lluvias y tormentas.
Este pechito blanco de enormes mostachones
estas rodillas tensas de pasos inciertos
errantes pies de siempre por calles y balcones.
Yo tambien necesito un hombro nuevo
un altar de flores
un masaje de aceites y jazmines
un manojo de hierbas y provisiones
un vereda incierta que me lleve siempre
al sur.
Yo también necesito una alcoba despierta
soleada de lunes de martes y de luz
y un resto de semana de siempre
que tu vengas.


Mi tribu se fue yendo
y los demás se quedaron de  traidores
contemplando tu ausencia.

CONCURRENCIA


De no haber concurrido tantas veces tantas cosas
como nos fueron ocurriendo
habríamos entablado amistad a partir de otros
argumentos
pero la conversación reiterativa quizá ladina
fraguó yendo por derroteros tan sólidos
que incapaces de reaccionar
nos fuimos quedando sin ese espacio necesario
que uno necesita siempre para conseguir
el aire que oxigene el metro cuadrado
que ambos ocupábamos en medio de aquel tumulto
en una calle de la ciudad populosa
cuando una musculosa avalancha nos arrastró
llevándonos a la crueldad cotidiana
del salón de casa
donde uno se puso un güisqui
y el otro la tele.


La barca del amor se estrelló contra la vida cotidiana

Yo vengo de un silencio antiguo y muy largo

Dado el entusiasmo que ha despertado este tema y de las muchas
peticiones que he recibido (ni una) pongo la letra en castellano de
esta estupenda canción de  Raimon. (Cómo está el patio).





Yo vengo de un silencio
antiguo y muy largo
de gente que va alzándose
desde el fondo de los siglos,
de gente que llaman
clases subalternas,
yo vengo de un silencio
antiguo y muy largo.

Yo vengo de las plazas
y de las calles llenas
de niños que juegan
y de viejos que esperan,
mientras hombres y mujeres
están trabajando
en los pequeños talleres,
en casa o en el campo.

Yo vengo de un silencio
que no es resignado,
de donde empieza la huerta
y acaba el secano,
de esfuerzo y blasfemia
porque todo anda mal:
quien pierde los orígenes
pierde identidad.

Yo vengo de un silencio
antiguo y muy largo,
de gente sin místicos
ni grancapitanes,
que viven y mueren
en anonimato,
que en frases solemnes
no han creído nunca.

Yo vengo de una lucha
que es sorda y constante,
yo vengo de un silencio
que romperá la gente
que ahora quiere ser libre
y que ama la vida,
que exige las cosas
que le han negado.

Yo vengo de un silencio
antiguo y muy largo,
yo vengo de un silencio
que no es resignado,
yo vengo de un silencio
que la gente romperá,
yo vengo de una lucha
que es sorda y constante.

TRES POEMAS DE AMOR

DOLOROSO AMOR

Andar de nuevo solo por caminos solos
que antaño fueron compartidos
desear ahora que nuestros sueños no regresen
pero que arriben a esta evocada encrucijada.
Comprender la vida
amar la luz si ilumina nuestros rostros.
Recuerdo que cogí tu mano y con ella el alma
y me guiaste hasta donde te abrevias
diligente pedículo
hasta donde tenías un dolor nuevo
aprehendido.

DISPENSA

Querido amor mío yo que en plazas
y alamedas
también en prados
fui
dejándote señales
estigmas
notas
versos prendidos acá y allá
ahora tú
olvidadiza
aupándote sobre mí
lejana y frágil
nombras el nombre de otro
en ese susurro que el deseo apasionado
provoca y que todo lo descubre
sintiéndome sin embargo halagado
otro hombre.
Afamado.
  

CARENCIAS

  
Invento las palabras idílicas y graves
la espuma blanca y límite.
Que no me quieras adolece mi alma
de mi cuerpo.
No poseer yo nada faltándome todo.
Tolerar tu ausencia en esta estancia
de ferias y vanas esperanzas.