lunes, 19 de marzo de 2012

Huelga general






















La Huelga General, no es lo que era. Antes, cuando los obreros eran pobres, una Huelga General daba gusto: derribaba un régimen. Hoy una Huelga General no derriba nada. Derriba ilusiones. Las ilusiones que nos hicieron tener. Esos pasos de magia: nada por aquí, nada por allí; y donde un trabajador imita al conejo de la chistera, volteada una y otra vez, por las hábiles manos de un mago burgués.

Hoy una Huelga General, es un pacto de amistad y buena concordia. Es una huelga educada. Es esa ponderación que se les pide a los obreros, que deben tener, imitadores exactos de los defectos bellos de la burguesía. La escolástica, joder. La escolástica. ¿Que no les enseñamos suficiente?

Incluso pareciera que el sistema, o los empresarios (¿no es lo mismo?) necesiten una huelga para identificarse con sus explotados. Tú me haces una huelga y yo te descuento el día. Se acoplan. Se unen, se desean. Y vuelta a empezar. Hay  amores que no matan. Y explotados y explotadores se extrañan. Se quieren.
El próximo día 29 todos a la huelga. A ese onanismo de trabajadores tristes. Solitarios. Incapaces de follarse a Dios.

Una Huelga General, tal como está el patio de las emociones melifluas de los trabajadores, tendría éxito de la manera siguiente: (los poetas tenemos alternativas, ¡eh! acojona que los poetas tengan alternativas) Todos los jueves que Vallejo cifró como precisos para miércoles estáticos e incómodos, (¡Oh alma! ¡Oh pensamiento! ¡Oh Marx! ¡Oh Feüerbach!) huelga general.

Voy a repetirlo, por si me enredé de rosas trepadoras: TODOS LOS JUEVES, HUELGA GENERAL.
Será entonces cuando empezaremos a hablar de algo. Se imaginan al empresario: “Hombre siéntense, qué desean. Era broma”. Y a nosotros: "Que va, de pie".

¿Por qué ese día, un jueves? Porque es nuestro. Porque forma parte de nuestro tiempo de esclavos y de trabajo. Y de dudas metafísicas. Porque está en medio de la semana y no levanta sospechas: "estás en el medio, como los jueves". Y porque necesitamos un jueves primordial. Lo dice Vallejo. Y porque hemos superado al puto burgués por la izquierda.

Venga. Mañana es primavera. El Corte Inglés se hunde. Compro allí. En mi ventana caen copos.

Tribus

LECCIÓN 11 

Hoy no es el día del libro. El próximo día 23 de abril, sí.
Los catalanes en esta fecha suelen vender alrededor de seis millones de rosas. Qué dolor. Tantos rosales amputados. Imagino una pradera de seis millones de rosas. Una pradera en América, donde a lo largo y ancho de ella cabalgan indios cheyennes, comanches, arapahoes, sioux, navajos, apaches, cherokees, shoshonis, semínolas, pies negros (black foot), hollando seis millones de rosas. Los cascos de aquellos caballos montados a pelo, resbalando sobre pétalos de rosas y al grito de: ¡¡Por Manitu!! Aquellos hombres con sus pechos sembrados de pájaros, galopando las praderas, el viento en la frente, pensando la vida, la libertad.
De haber sido así, como lo cuento, ahora existirían ellos y no los malos.
¿Qué libros leyeron aquellos indios sobre una alfombra de rosas?