viernes, 26 de mayo de 2017

Yo que escribo poemas

Yo que escribo poemas como escupo
o como o silbo
como beso o salgo o subo
yo que padezco un problema grave
del que nunca se muere
como el que llora de rabia o miedo
yo que escribo poemas
con estas manos vergonzosas
que paren versos escabrosos
o despilfarro jerga desde mi labio superior.

Yo que escribo poemas y me distraigo
y me pierdo
distanciándome del punto de partida
o enhebro a otra altura
vilipendiado o envilecido pendenciero
ajusto la lluvia a la llovizna
y doy lustre con aplomo y parsimonia
a los recuerdos y también a las sospechas
mientras limo la rebaba del suspiro cándido 
bebiéndome este aguacero de palabras
salpicado de machetes.

Yo que escribo poemas
lo confieso:
es verdad que soy el que parezco
una sombra sospechosa de soportar su percha
ahora que mis huesos a la deriva
naufragan en el charco hermoso de la vida.

Eres una canción de Vini Reylly

No se habían inventado los códigos secretos
cuando ya te amaba,
han pasado muchos años desde entonces,
y no he conseguido hacerte saber
que todas las músicas carecen de ti,
económicamente exiguas,
amor, amor vano.

Es en el vinilo donde tu huella
y tu recuerdo reside.
Y gracias al poema te llamo
e inicio desde viejas aritméticas
gestos, números,
dibujo en el aire gramáticas figuras,
y poco a poco enamorados
ponemos besos donde el labio lame
otras comisuras
otros pliegues, más de humo,
la suma de carne moviéndose
hacia ti hacia mí.

Terrible encuentro amarse y ser feliz.
Terrible encontrarse
para amar y querer ser feliz.
Y si duele cuando acedes a la niebla:
¿dónde duele?