domingo, 30 de octubre de 2016

Cámara de humos

Cámara de Humos, está en mis manos. Huele a libro, a tinta, a papel; es cálido. Sabe a poemas escritos con pasión durante dos años. Gracias a Karima Editora por su buen trabajo y su dedicación, y a Ricardo Ranz por la magnífica ilustración de portada. Gracias también a los amigos que confiaron en estos poemas. Y a Pepa, mi compañera, que me tiró de las orejas y me dio ánimos para sacar adelante "Cámara de humos". Creo que el libro es una joya de tacto agradable para llevar entre los dedos de pensar y las manos de pasar páginas. Un pájaro encendido que empieza a volar a partir de hoy. Gracias a los que me leéis habitualmente en este blog, también formáis parte de este libro.

Funeral para un muerto que siempre quiso esparcir sus cenizas

Mira, coge una dalia,
varios fragmentos
de una noche inolvidavle,
ya sé que la uve te distrae
como la punta de una flecha
clavada en el aire.
Atiza el fuego,
cualquier fuego,
aprende a quemarte
y mezcla todo
en aquel almirez
de amarillos cobres
que te dejó la abuela.
Añade una cascara de hormigón
sacado
de las espaldas de una ciudad
en ruinas.
Bebe el brevaje,
-aquí olvídate de la flecha
que te llevó por la vida-
y súmate a los que buscan
una muerte
sin los alardes de una funeraria.
Y entiérrate al norte de los candelabros
que lucían apagados
fuera del contrato que firmaste
para una muerte
que buscaba la libertad
más allá de la oscuridad
que te ofrecen los predicadores 
de una luz amenazadora.