viernes, 5 de diciembre de 2014

Frío

Pesadumbre de mí, mis brazos
torpes, de alas plegadas,
mis dedos enredados en zarzas,
huelen a luna y eucaliptus.


Pesadumbre de mí, mis brazos
torpes, de alas plegadas,
mis dedos enredados en zarzas,
huelen a luna y eucaliptus.

Repito dos veces
estos cuatro versos
para que tu lengua
desenrede este frío
que no me pertenece
y mi carne aflore en ti,
cálida,
templada,
limpia y desnuda
como una rosa de sangre
que va tejiendo zarzas
y espinos blancos en tu pelo
y en mi piel.