sábado, 2 de abril de 2022

 Todos

Acabo de aplaudirle al mar. Y no había peces. Ni barcos. Ni siquiera varcos. Viento de poniente. Sol y velas de toldos amarrados a los cáncamos. Y luz. Y el vuelo de tres golondrinas que hacen verano de donde tan sólo hay tristeza de incipiente primavera. Y a una rosa en un tiesto mío. Y la línea perfecta del horizonte. De este orizonte del que faltamos todos.