Hay una ciudad que me espera en el sur
-Pilar Pallarés-
Ahora que llegaste a mi sur
te miro cada mañana
en los rectángulos azules de la cal
y veo en tus ojos otra luz,
una mirada distinta perdiéndose
entre mis dedos impacientes,
o el bullicio de mis manos
manchadas de tierra y jardinero.
Hoy paseamos por la orilla del mar
mientras hablas con piedras y conchas
que recoges de la playa blanca,
casi desierta. Caminas entre sus olas,
su amenaza de espumas lame tus zapatos.
Llevamos flores amarillas entre los dientes
y olor a jazmín húmedo en la piel,
una puesta de sol frío danzando
en las espaldas de diciembre,
y una mirada limpia sobre las cosas
que tanto hemos amado.
Una conversación de risas sosegadas
camina a nuestro lado.
en los rectángulos azules de la cal
y veo en tus ojos otra luz,
una mirada distinta perdiéndose
entre mis dedos impacientes,
o el bullicio de mis manos
manchadas de tierra y jardinero.
Hoy paseamos por la orilla del mar
mientras hablas con piedras y conchas
que recoges de la playa blanca,
casi desierta. Caminas entre sus olas,
su amenaza de espumas lame tus zapatos.
Llevamos flores amarillas entre los dientes
y olor a jazmín húmedo en la piel,
una puesta de sol frío danzando
en las espaldas de diciembre,
y una mirada limpia sobre las cosas
que tanto hemos amado.
Una conversación de risas sosegadas
camina a nuestro lado.