Aturdido por el silencio del bosque
lanzo una piedra contra la lluvia y el viento la empuja un poco y cae al suelo
rueda y no se levanta inmóvil espera que aún la ayude un poco más y vuelvo a
lanzarla contra el árbol más cercano se eleva como ala rota y cruje entre las
ramas cae una ramita seca y queda inmóvil en el suelo esperando que la levante
y la ponga verde más verde más verde grita y sus gritos se unen al silencio a
la piedra al viento a la lluvia. Un poco más lejos tengo otra piedra a la
vista. Y de repente no hay árbol esperando en el bosque. Y el bosque se borra
lentamente. Yo tengo en la mano una piedra.