miércoles, 6 de agosto de 2014

La huella serena de mi mano

Poniendo lavadoras aprendía a quererte,
tendía tu recuerdo y la belleza húmeda
de tus telas,
esos tejidos de hilos que nos unen,
colgando tus blusas,
tu ropa interior,
aquellos vaqueros
que te sientan tan bien.

Y el sol lavaba con luz
un beso imborrable
en ese lugar intangible de felpas,
enjuagaba con vapor de sueños
la huella serena de mi mano
tocándote.