domingo, 31 de enero de 2016

Azogue

Comprobar la decadencia personal 
delante de un espejo
no le da derecho al espejo
a juzgar tus derrotas.
Además, ¿desde cuándo
el cómodo azogue
supo investigar en tu poesía
las causas del fracaso?
No se refleja el alma del poeta
en los vidrios colgados
de las escarpias fantasmas
de tu desvencijado recuerdo,
ni el traje de tu carne
sabe en qué bolsillo guardas
la historia de un desastrado amor,
ni en los cristales rotos
de aquellos vasos compartidos
hay el mínimo secreto
que nunca quisieron contar sus labios.

viernes, 29 de enero de 2016

Escorias

Cada noche hay un ardid,
algo urdiéndose, una cábala,
que va encendiendo el fuego
de todas nuestras almas,
algo que luego se alimenta
de esas cenizas que dejan
las emociones abrasadas.
Aventadas las pavesas
de esta gran hoguera,
su abono de miedos,
tan sólo quedan los restos
de seres humanos calcinados
que por la noche salen a compartir
su mirada fría
de escorias apagadas.




viernes, 22 de enero de 2016

País

Con qué facilidad te saludo
país,
sin ningún esfuerzo
me reclino ante ti,
y te pienso, 
con qué facilidad
voy poniendo en cada paso que doy
un poco de ti
y te recreo,
y me miro en los espejos
de tu noche
país
y te quiero
porque soy un solitario cobarde,
yo que nunca tuve patria
y las horas de mi vida
las pasé
conociendo el dolor insolidario
de no querer tenerla,
país. Pobre y triste país
que alegre te veo hoy,
hoy que todos han huido
de ti, de mí
y nos dejaron tan perfectamente solos
que somos
el gris de un territorio invadido.



miércoles, 20 de enero de 2016

Memoria

En el día de hoy, 19 de enero,
en el que podía cumplir años
como el que cumple con una deuda
o un aburrido trámite
de experiencias acumuladas,
ella me dice, hablándome al oído:
eres un perfume.


lunes, 18 de enero de 2016

Una buena defensa

¿Quién iba a defenderte de los légamos solares,
quién iba a soportarte
si defenderte era implicarse en barros,
tizas negras,
era internarse en zonas pantanosas,
soportar tu peso oscuro y terrenal
para sacarte de tierras movedizas?
Acaso la mejor defensa era ocultarte,
esperar que el enemigo se olvidara
de tu cara, de tu espanto de arcilla
troquelada en pasmo.
Tal vez defenderte era eclipsar tu figura,
hacerte sombra irreconocible
o bien buscarte desesperadamente,
poner un póster tuyo en la pared,
hacer pegatinas con tu rostro,
una buena campaña de publicidad
con un "se busca"
o publicar todas tus obras,
tu inocente palabra de poeta helado
que siempre quiso ser anónimo.
Quién iba a defenderte,
¿acaso
supones que eres alguien
por quien jugarse un verso,
un hilo de vida
o tocarse el corazón con el dedo de señalar
te amo?

sábado, 16 de enero de 2016

¡¡Goliat!!, ¡¡Goliat!!, ¡¡Goliat!!

Pero para luchar contra el gobierno de las cosas
este ser hizo pesas
comió carne valiente
se puso fuerte
y en adelante le llamaremos Goliat.
Por diversas rarezas
que a la sazón le fueron dados como objetivos
fáciles:
talleres de literatura, alguna autoedición,
o alguna performance, una plaquette,
creyó que podría ser poeta.
Y se puso a ello con la ilusión de un viejo vate
de aquellos que en un romántico tiempo pasado
llevaban armas o revólveres en la cintura
en el sobaco, junto al bolsillo del bolígrafo,
llamado por algunos bolsillo intelectual
por la cantidad de tinta que soportaban
estas faltriqueras sobradas de balas
que sabían defender un poema a punta de pistola.
Mas se equivocó. No era eso.
No se estilaba el poema en su relación con la violencia
o la violencia misma del poema
en su relación con la bala.

Sus primeros versos escritos en una noche vulgar
donde no colaboraron las musas,
ni había estrellas, ni melancolía,
ni cielo encapotado que prometiera lluvia,
decían así:
“Amanamano cristal tal vez
de murano,
tal vez distintos días
para los estragos o los estrados,
qué fácil resulta esto de escribir,
a pesar de los pesares,
a pesar de estos imbéciles sacerdotes
que relacionan honradez poética
con ignorancia,
y predican,
tal vez pensando con el cerebro de reptil
-que aún todos portamos cerca de la nuca-
que en la sabiduría hay algo de malicia”.

Y cuando quiso poner punto y final a todo este
panorama lírico-mordaz, fue tarde:
resulta que triunfó, publicó, recibió premios,
se afamó, fue feliz, le dio un infarto.

Cacho cabrón, dijeron los amigos
cacho mamón, exclamó la editorial,
nos deja compuestos y sin versos.
Casi todos acudieron a los honras fúnebres.
Y unos energúmenos frailecillos con alas de ángel negro
le llevaron en volandas hasta unas huertas cercanas
donde amigos verdes de ecología poética
depositaron sus cenizas
para que se alimentaran de él
las higueras, los cerezos y un solitario nogal,
a la vez que gritaron tres veces:
¡¡Goliat!!, ¡¡Goliat!!, ¡¡Goliat!!

martes, 12 de enero de 2016

Sobre amarillo

Yo tengo las manos blandas,
tú escribes en un libro, tomas notas,
recuerdas aquel invierno,
yo chupo las puntas de tus dedos
y te recito versos de un poeta veneciano:
“Qué pureza un desnudo o adolescente muerto
en las inmensas salas del recuerdo en penumbra”.
Las cortinas son cómplices
de esta ausencia de formas
aunque la penumbra señala
con un dedo mortal e impaciente
que todas las sombras van acomodándose
a persianas, cortinas
y visillos entrevistos.
Van acoplándose las sombras
a tu encuentro de carne con placer de otra carne
que a nosotros sorprende
como un cristal opaco
de fisuras, azogues, berilios y cardúmenes,
porque tiene el mar su ausencia de musas
y su grito mudo de sirenas varadas,
y tus ingles un misterio de costumbres,
de ceros plenilunios
al borde desafecto de una prenda exacta,
que no íntima,
guardada en el cajón de la vida
junto a antiguos recuerdos.

Yo leo un diario, tomo notas,
tú lames mis labios
y consultas unas viejas cartas de amor
encerradas todos estos años en un sobre amarillo.





viernes, 8 de enero de 2016

Paciente soledad

Desde la paciente soledad
de este universo en calma
aprendí a ser calmo,
a tener un ruido interno
a soñar sin mangas.
Conseguí una terca paciencia
durante gran parte de mi edad madura,
pero ahora, cercana ya la dorada piel de otoño,
comienza en mí un río, termina en mí también,
mas sus aguas no cubren lo suficiente
para que presa infranqueable
nadie me moleste. Debo soportar
de vez en cuando que impertinentes seres
pisoteen mis riveras,
y que pegadas al cuero de sus zapatos,
ellos, los unos, los otros, los cualquiera,
se lleven briznas de mi carne,
el borrador oscuro de un poema.

Al margen

Poseo ese empuje necesario y vital
para amar la locura
que sólo tienen los imprecisos
los inexactos los alados los residuales.
El alma cándida de los candados,
el ruido categórico de los inocentes,
el pabilo golpe de los desnudos.
Ese empuje escrupuloso y científico
del perdedor riguroso,
mi amante, mi amigo,
mi angustioso y a veces melancólico yo.
Soy un poeta al margen.
He hecho en literatura una obra deslavazada
como mi tiempo,
como yo mismo,
y como vosotros recordaréis.


jueves, 7 de enero de 2016

Económico exceso

Se prudente en el exceso
y de mi semen toma lo preciso,
una gota justa
que se pliegue a tu curva.
No consumas de mí lo innecesario.
Egoísta en el agotamiento,
no pongas derroche en mi escasez;
fíjate en las flores,
el vuelo de las aves,
el curso del agua,
cómo se acomodan
a su necesidad de tiempo.
Toma lo preciso que nos mantenga
en la abundancia disipada
de los que se aman pródigos.