viernes, 4 de abril de 2014

Dolor


que siempre
eres


a veces
te
deseo tanto
que sueño
con
la boca abierta
y un lirio
encendido

entre los muslos

Mira

si
te deseo
que
creo
que es
totalmente
imposible
que Dios

no exista

Yo

que siempre
soy yo

no sé

para
qué
me lavo
y tengo
esta
piel tan

sumamente

ignorada
por
los avatares
o el tacto
dislocado
de
tus manos


y
yo
olemos
a trigo
cuando sudamos
en las noches
de luna
llena

o a mar

en los
cuartos
menguantes
de
nuestro oleaje

Mira
si
te deseo
que voy
a la cocina
y

pongo

a hervir
agua
para escaldar
mis huesos
y sentir
que
ese dolor
es
tu
distancia

y tu
ausencia

Y
que luego
bebo
ese

agua

para calmar
mi
sed.