Tú
que siempre
eres
tú
a veces
te
deseo tanto
que sueño
con
la boca abierta
y un lirio
encendido
entre los muslos
Mira
si
te deseo
que
creo
que es
totalmente
imposible
que Dios
no exista
Yo
que siempre
soy yo
no sé
para
qué
me lavo
y tengo
esta
piel tan
sumamente
ignorada
por
los avatares
o el tacto
dislocado
de
tus manos
Tú
y
yo
olemos
a trigo
cuando sudamos
en las noches
de luna
llena
o a mar
en los
cuartos
menguantes
de
nuestro oleaje
Mira
si
te deseo
que voy
a la cocina
y
pongo
a hervir
agua
para escaldar
mis huesos
y sentir
que
ese dolor
es
tu
distancia
y tu
ausencia
Y
que luego
bebo
ese
agua
para calmar
mi
sed.