viernes, 30 de octubre de 2015

Si dulce es el tormento (2)

A Mª José


Tomo tu mano de martes y comienzo la semana
con un balcón en los ojos y una mesa y una silla
y una luz solar de temperaturas exigentes.

Tomo tu mano tus dedos y sus rutas
y con ella acaricio mi frente y pienso en tu boca
y veo tus ojos fijos en los míos.

Tomas mi mano y recorres un tramo de mi vida
una duda que cruza tu boca y una certeza
que baila en mis labios de besarte siempre.

Tomas de mí lo que ayer dejé en la mesa un poema
un libro sobre la silla un balcón de suave luz
aquel pasado de ciudad sus noches de calles encendidas.

Si dulce es el tormento

Si dulce es el tormento que tu boca me absuelva
del dolor de la vida
que tu mano me nombre con una caricia
que tu lengua en la mía sea una voz
confesándome besos
o he pecado en tu ausencia
con los nombres de otros.

Si dulce es el tormento que tu mirada de hierba
crezca entre mis dedos
una tarde dos noches
que me visitó la urgencia
los poetas los libros
las rutas olvidadas
los ruidos que dejamos
la mirada encendida.

Si dulce es el tormento que tu vientre me absuelva
del dolor de la vida.


viernes, 23 de octubre de 2015

Aguas

Aunque llovía como si el día fuera únicamente de la lluvia
y a ella le perteneciera
esa soberbia de agua implacable,
casi inútil, derramándose por las absurdas
cañerías y las grises torrenteras;
yo tenía una olla de agua puesta en el fuego
y con ella cocía la mano que escribe,
con ese agua lavé, escaldé los versos
que tanto me dolían,
los versos escabrosos endurecidos por el óxido
más verde del tiempo.
¿No ves que el agua no es suficiente?
¿Agua hirviendo para qué?
Pon agua fría a tus versos deja que el clima de aguas
los seque y que su lluvia los amanse,
y sé un poeta que no encuentra
una manera humana de encuadernar versos
bajo el aguacero de la vida.

De "Un libro que no pienso escribir nunca"

sábado, 17 de octubre de 2015

Sed

Hice proselitismo: mis palabras
cubrieron la arena del desierto.
Mas allí todo era mudo.
Busqué las cuevas dónde nacían las aguas
y encontré a un hombre curtido por el sol
que plantaba semillas en su huerta.
Su manos de barro y madera.
Había comenzado la travesía
en busca de las fuentes.
Las arenas del desierto de inútiles dunas
iban navegando la noche
como una barca a la deriva
entre tormentas de arena.
Arriba la luna murmuraba un lento silencio
de hombres perdidos en la sed.

lunes, 12 de octubre de 2015

Polen

Hay flores como lirios, también hibiscos, alhelíes y frondas verdes que marcan el límite de las cosas. Prímulas, celindas, o la flor del cinamomo, azucenas, cinerarias, la rosa, el dulce recuerdo del pelargonio, siemprevivas, geranios: el listado infinito que lleva a la inmortalidad, porque el túmulo siempre lo hicieron florido por tradición o por la simbiosis del polen con el cadáver.