miércoles, 29 de diciembre de 2010

Máquinas

 
 


Lo bueno que tienen las modernas máquinas de fotos es que no sabe uno cómo pueden hacer estas fotos.
Yo no. Así que a veces creo que las fotos son mías, 
pero en mi fuero interno
(¿qué querrá decir fuero interno?)
sé que son de la máquina,
en este caso una "Panasonic".
Después del café, amaneciendo el día,
salí a verlo (yo siempre salgo a verlo)
y miré al cielo y disparé una bala de oro
que me trajo esta estrella.
El lucero del alba.
Esto, cómo diría un surrealista,
no es una pipa, ni un poema. Es una estrella.
Qué lástima la vida.
Por lo bien que se deja arrebatar la vida.

Níspero japonés

















 En diciembre florecen los nísperos.
 Resulta extraño con este frío
 pasar cerca de uno
 y quedar embriago de su perfume.
Es lo que tiene la vida
que le da igual lo que uno piense.
¡Qué chula es la vida!
Algunos hasta han podido enviar
su perfume a través del teléfono móvil.
¡Ah! esto bien podría ser un poema
si yo les contara la historia completa.
Pero entonces la vida protestaría:
engreída que es la vida.
La japonesa sobre todo.