miércoles, 17 de agosto de 2011

Diáspora

Tomé de tus trotes reuniendo cosas

algunas prendas

ibas diciéndome 
sentía la peculiar pena 
que los hombres sienten
me sacrifiqué en diques de agua
fui haciéndome paladar y boca de madera
miré a los otros que andaban ciegos
recorriendo la tierra y el cielo
y tomé tus manos 
ensamblando ejes como dedos 
fuime a pique
resido como un poso
en simas sordas
pero aún conservo la tímida
biografía de una hierba.

katie: mary black

Un deseo antiguo


Me recorre un deseo antiguo
viejo como el mar:
tocar el oxigeno con la punta
de la lengua,
una ambición volatilizada en ala,
disipada en la memoria de la sal.
Un deseo tan antiguo como el crepúsculo.
Una gota de azul en mis caderas,
una huella de arena,
un minúsculo gesto de profundidad:
tu fosa marina,
mi danza abisal.
Sentir en mi cintura el mar,
sus dedos de alga,
el galopar del aguacero,
su lengua en mi vientre,
mi rumiar de poeta,
mi alarido griego:
músculo contraído
agitado por marionetas.