jueves, 12 de enero de 2017

El grosor de las masas

                     Pero en su noche, grávida de mármol,
                     un vago pueblo, entre raíces de árboles,
                     por ti se ha decidido lentamente.
                     -Paul Valéry-


Llego levantándome
me estiro encogiéndome
de una pereza de clase obrera
copa de coñac garganta y fuego
que recoge su vidrio
y va volcando su ira
la botella se vierte
viuda de mi padre saturnino
fratricida de mi hermano gemelo
de césar de juan de mí
el gollete sigue desaguando
por la garganta de los hombres
como por afluentes
canales o bocanas
el rito
los ritos
la búsqueda que hace trizas
al hombre solitario
guiado por licores
la alquimia del hueso
el curso de las letras
el grosor de las masas
el volumen de la literatura
donde sangran los nudillos
las yemas de los dedos
la aspereza desgarrada de las uñas
su arañazo primero
la cal azul de la mirada
el vuelo de las aves
pájaros veloces 
de azucarado canto
que hacen gemir la fría llave
girando en su vitelina cerradura
misterios ocultos en el hermético pestillo
en el vientre céntimo
en el nido oculto.
Poema o padre
hermano camarada
vil pellejo
ahora te toca a ti levantar la mirada
clamar como un hombre desnudo y tibio
subido a una roca
un día que creyó
sin duda
estar seriamente dispuesto al sacrificio.

La vida

                             Después de todo no fue tan malo haber vivido
                             -Luis Miguel Rabanal-


Fue allí, en aquella oscuridad
que antes que yo visitó Luis,
Miguel o Juan,
o aquel tipo alto de traje negro,
donde dejé las libretas emborronadas
y rotas
de la vida, 
de la cual fui tomando notas
con mano insegura,
tal vez con la incertidumbre
de querer saber
que esa vida, al final 
tan solo es un trámite perfecto
para entender la muerte.

Nunca supe si estar solo
también era un recuerdo
de haber vivido
en esa oscuridad.