miércoles, 29 de agosto de 2012

JJ Cale - Cloudy Day

JJ Cale. Como un blues. Día nublado. Ahora que cae la noche sobre
la ciudad y el mundo es distinto. Siempre es distinto. Y las mujeres
y los hombres piensan que amarse es necesario. Siempre necesario.
Un blues. El reencuentro con lo que más amamos. Bebo cerveza en
tu nombre, saltan cucarachas amarillas del mundo azul del que vengo.
Bebo cerveza en nombre de la poesía y del blues, escucho en nombre
tuyo y de mi soledad la música negra de algún blanco. Y el olvido.
El olvido sabiendo que nosotros nunca le olvidamos.



Hombre lento, indio, náufrago, poeta

Hombre lento, indio, náufrago, poeta
-Carmen Muñoz-

Hombre lento, indio, náufrago, poeta,
me llamaron esta tarde a punto de ser otro.
Ese otro que se recoge a meditar
y rompe anotaciones,
papeles con números o flechas
unas para arriba,
otras nunca, o fondos de saco,
casi siempre direcciones prohibidas
que supuestamente me dicen
adónde dirigirme dentro del poema,
y qué cantidad de papeles escritos
son importantes, fundamentales,
pero que un día, ni más ni menos azul que otro,
dejan de serlo caprichosamente.
Insignificantes los miro ahora,
recordando que imprescindibles,
un día me salvaron la vida.

Me recojo a meditar.
Veo al indio en la pradera
al náufrago sin letras
al poeta o vate retirándose a pensar
cómo se construye un poema
que diga la verdad
para que la mentira sea cierta.
Y escribo:
del atropello mortal quedó en el suelo
una agenda, un bolígrafo negro
y unas gotas de sangre.
Del atropello mortal quedó en el aire
el nombre de un hombre y de un tiempo,
la leyenda en la que yo era un hombre lento
un indio, un náufrago, un poeta.

Escalofrío

Tal vez en el silencio, a eso de las doce de la noche,
un par de horas después de haber amado tanto,
será entonces cuando ponga fin a este escalofrío
y me dedique a filmar en la oscuridad
los besos perdidos por la alfombra,
o a recoger las pelusas livianas que dejaron
los cadáveres verdes de aquellos hombres
que intentaron amarte en mi presencia.
Y en ese silencio deduzca
que si te dejo no tenga a donde ir.
Que debo asumir que tú eres mi lugar de destino,
la plaza donde quedo para mirarte a solas,
lejos del ruidoso tránsito de los hombres.
Aún me crucifican en todas las encrucijadas
y nunca hice nada para impedirlo.