miércoles, 7 de septiembre de 2011

A tu impaciente corazón de amante ciega

Dame el tatuaje que como un incesto
se desangra en tu piel,
cielo y tierra entregados
a lunáticos maridajes,
el primor fililí de puntillas y blondas,
los rasos de esa niebla
que transita en tus muslos,
y con todo ello haré un adorno,
bejuquillo abalorio de cuentas nuevas
ceñido a mi cintura,
a mi vientre de agosto,
a tu impaciente corazón de amante ciega.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acaso la amante ciega se llevó el tintero del poeta,y ya yo tiene tinta para seguir escribiendo?

Anónimo dijo...

Por favor,escribe algo.Si no tienes tinta con el ordenador puedes.