martes, 25 de marzo de 2014

Pobre jíbaros sin destino

Caminantes burdos y ordinarios aguardan agazapados
la llegada de la oportunidad,
o la oscura sombra que pueda despertarles
de la siesta del sol,
para lanzarse a los caminos,
a las sinuosas veredas marginales
y lucir desgarrados sus mejores galas desgarradas.
Y desde el traje de vestir recuerdos,
recordar las palabras que la niñez grabó en sus memorias
de cuando aquellas ruedas de carro
dejaban la huella de la llanta en el polvo,
de cuando aquellos viejos molinos obsoletos
giraban harinas en las aspas
de un trigo húmedo moliendo su alma
con viento favorable.

O la rueda de agua de la noria
rodaba cangilones dentados que mejoraban
la función itinerante de la polea
en su periplo de soledad,
girando una y otra vez porque giraban
por rumbos inciertos intentando averiguar
si molían para moler equivocados destinos,
el origen alimenticio que iba haciendo
que fluyera aceite y vino,
el aullido que llevaba al pastor,
al trashumante,
hasta lejanas cordilleras
a invadir los valles
con sus manadas distintas
de sabrosa carne a cuatro patas.

Pobres jíbaros sin destino,
bajarán luego al valle para pastar rebaños,
sudando bajo nubes de tormenta
un desvarío de peregrinos en llanto y procesión,
por que trasladarse es morir bajo la lluvia
que se pregunta qué sed tendrá hoy el viernes crucial
que al lunes quite su agua, 
o abril o este año de baldíos itinerarios,
el hombre humilde y manso
allá en las futuras multitudes
fundido con el tránsito de caballos y bueyes
y cestas de mimbre colmadas de verduras,
repletas de la vieja ropa sucia
que no tapa el miedo de ser
un poco prole o tal vez proletario.

El agua del arroyo en su silencioso fluir mudo.
La sencillez de vivir diáfano.


2 comentarios:

Shandy dijo...

En un silencioso fluir mudo, he acompañado hasta el valle a los pobres jíbaros sin destino. Un largo recorrido poético de huellas ancestrales, tiempo, recuerdos; y un azaroso camino en procura del sustento bajo el sol o la lluvia. O bajo la noche y las estrellas.

Tomás Rivero dijo...

¿La descripción de una situación y el obligatorio regreso a los orígenes?

Un beso, Shandy.