Azules y grises van los olvidados. Otras son rojos si no se distraen, o van libres si el mar se hace amigo y la corriente verde de los ríos los arrastra. Mira cómo la deriva es parte del abordaje, pero también de la nobleza del poder irse a pique con la cabeza alta para acortar la soberbia de las profundidades. Su contundencia a veces te obliga amar para poder vivir. Las tablas de salvación siguen rutas o derrotas inventadas.
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