lunes, 30 de agosto de 2010


Plano

Yo el diferente como jamás hubo otro
el desigual y el deseado
casi único
yo el pobre hombre de ruedas melancólicas
que giran en el alma torbellino que no tengo
evocador de pinceles y de óleos
que pintan en el lienzo de mi corazón
tu ausencia: el perfil de los locos
o los ecos de esa palabra triste.

Yo el ansiado de ojos verdes y azules
de piel de cristal
de cielo y temple
pintura de Kokoschka
marea alta entre tu recogido pelo
un bote a la deriva
un mensaje en la botella
que rueda sin remite
por la mar de nadie.

Yo
dibujo el agua escribo sobre ella
siento esta brisa de la mar
y extraño aquella equis de la escuela
cuando juntaba la s y la c
y creo que fui feliz jugando al amor contigo.
Diversas sombras cruzan mi memoria
aún adolescente
vuelvo a dibujar con el humo
apago en un trazo largo
de pincel encendido
el cigarro
y sorbo del café
el final.

2 comentarios:

Ana dijo...

Lo que más me ha gustado del poema son estos versos:

"yo el pobre hombre de ruedas melancólicas
que giran en el alma torbellino que no tengo"

y

"y sorbo del café
el final"

Me los quedo!

;-)

Tomás Rivero dijo...

Ya ves Ana, los poemas y la vida se van construyendo poco a poco de los restos del naufragio. Tú te quedas con estos versos, que tal vez formaron parte de la quilla, otros se quedaran con versos que estaban dentro del palo mayor. Yo siempre pensé que el barco iba a la deriva.
Te mando un beso que estaba dentro del salvavidas.