martes, 12 de abril de 2011

Los filólogos



Por “deseo popular” entresaco el siguiente fragmento de la última entrada que dejé ayer en mi blog “La ciudad de arena”:
“Lo único que no he tenido que estudiar, que aprender, es la ignorancia. Ella me rodea con naturalidad, es mi más fiel compañía. En mi caso, en este caso, la literatura tiene un problema: se enfrenta a un ignorante. Y nunca le tuve miedo. Ella lo sabe. Y va dejando disimuladamente un reguero de letras. Yo cojo algunas. Pero existen pájaros. De tal forma, cuando no puedo completar una palabra, coloco un pájaro. Él sabrá la letra que se comió. Así la palabra que invento nace con posibilidades de volar en una lengua extraña”.

7 comentarios:

Carmen dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=awp4Trk_qmc

habla de un pájaro, me la regalaron anoche para que acompañase mi primer café del día

ya la he escuchado una vez y mientras te escribo con tus palabras rojas como nube que me arropa la escucho por segunda vez

buenos días Tomás

Sofía Serra dijo...

Me alegra verla aquí, bien señalada. Como te dije allí, es a única poética posible. Todo lo demás son puras artesanías. Tienen su mérito, pero no el del arte. Por eso con ellas se puede hacer negocio, comercio. No obstante los artesanos formaron parte del sistema gremial que fundamentó el funcionamiento del burgo. Algunos buenos canteros comenzaron a dejar señales de su autoría por las arquivoltas que habían tallado, esa escultura no era la misma que la de otro: el espíritu del artista comenzaba a revelarse, con uve, y rebelarse contra el espíritu gremial.
Me recuerda particularmente a las palabras que siempre se le atribuyen a Miguel Ángel allá en pleno cinquecento italiano, tal vez leyenda , es lo de menos, sobre su famoso David: la escultura estaba dentro del bloque de mármol, yo sólo he tenido que retirar lo que sobraba. Tu pájaro, la escultura ya fabricada por los procesos geológicos de la naturaleza, todo implica lo mismo, la humildad del artista frente al acto creativo, que es más grande que la certeza racional posible. No es cuestión de ignorancia, sólo de humildad, de saber, presentir, que hay algo más grande que lo simple vista percibido, que algo más que el determinismo que la técnica impone es viable, el hueco preciso que deja sitio a la libertad, el artista entregado a lo que no es él ni sus circunstancias o condicionamientos sociales, el espacio único y vitalmente necesario para que la "poiesis" se desarrolle. Para que la obra de Arte, es decir, EL POEMA, se haga inmanente.
Pero todo esto los filólogos lo saben, y si no lo saben , es que no son filólogos, por mucho titulo que lo especifique. El lenguaje del verbo hace aún mas asimilable la previsión de este espacio blanco y libre, a nuestras neuronas les cuesta menos asimilar que una palabra vuele que que lo haga un bloque de mármol, por ejemplo.
Había pensado hacer una entrada en "la fuente" con esta entrada tuya de la ciudad de arena...pero necesitaba fotografías de un cerezo japonés en flor... es la imagen que se me viene constantemente.

La cultura oriental sabe muy bien de qué hablas.

Un beso, Tomás.

Raúl Campos dijo...

Todavía hay quien intenta cortarle las alas a los pájaros…

http://contadsisoncatorce.blogspot.com/2011/04/quien-de-vosotros-quiere-volver-matar.html

Palabras de Lorca con una vigencia absoluta a día de hoy…

Tomás Rivero dijo...

Escucho este pájaro atrapado. Me encanta esta mujer. No la conocía. Me encanta, no sé muy bien, nunca lo supe, qué quiere decir exactamente. Debe ser que me deja como a las cobras. Tal vez. Con la mirada fija en un punto.

Ya me he tomado el café, pero me acabo de poner unas nueces. Para bajar el colesterol.
Un beso rojo, Carmen.

Tomás Rivero dijo...

Amigo Raúl, es cierto, las palabras de Lorca tienen una vigencia absoluta. Hay muchas, muchas palabras, de aquellos días, con vigencia absoluta.
No conocía estas de García Lorca. Ha sido un placer leerlas. Un gusto. Una emoción. Sobre todo porque las he puesto en aquel contexto. En aquellos años tan hermosos.
Y me jode, infinito, que siempre se le corte las alas a los pájaros. Que no queramos ese “peligro” que nos ofrece la libertad.
Salud y alegría.

Tomás Rivero dijo...

Amiga Sofía, te he dejado para el final ya que tus largas explicaciones me llevan de un tema a otro y me disperso. Es posible incluso que todo eso que dices sea cierto.
Hace algunos años tal vez tus palabras hubieran servido para hacer un blog de artistas del arte: poetas, pintores, fotógrafos, cineastas, arquitectos… Por ejemplo, y por decir algo.
Pero hoy, he iniciado un viaje a la inversa: intento quitarme todo el peso de encima. Lo poco que he aprendido quiero cogerlo con la yema de mis dedos. Como cuando se añade sal al guiso de hoy. El de mañana ya se verá. Na, una pizca de na es para mí el arte. Todo el arte.

Un beso de colores. Todos los colores.

Sofía Serra dijo...

Hola, Tomás, es que esa pizca de ná es el arte, hasta para lo orientales, y los nombro porque los nombraba en tu-mi larga explicación.
Es lo que sucede con las cosas pequeñas cuando intentan ser explicadas. Ya lo dijo Óscar Wilde antes que yo: el movimiento de un átomo puede desplazar continentes, o algo por el estilo, soy mala para recordar citas-
Por eso hace tiempo que renuncié a formar nada con carácter de grupo que tuviera que ver con el Arte, ni a hablar de nada que tuviera que ver con todo esto. He hecho la excepción en tu caso por un motivo también muy chico.
Beso, muy pequeñito.