jueves, 22 de marzo de 2012

Aviones de papel

Miro a todas partes. Te busco.
Tengo una profunda,
larga y permanente melancolía.
Me ahogo de un excesivo no de ti.
Temprano hoy, he duchado mi cuerpo,
lo he enjabonado frenético
y por tres veces lo he aclarado
como negándolo de miedos y dudas,
el agua llevándose,
junto a tu ausencia , la sal de una lágrima.

He lavado mis testículos indefensos,
los he frotado con rabia,
con la embriaguez de una huida.
Me duele el sexo, me duele su soledad.
Su presencia de horas. Su espera.
Su tiempo de iglesia,
postrado en oración.
En un ruego. El clamor de una exigencia.

Pienso que mi cuerpo envejece;
de prisas, de vamos, de vengas.
Envejece si tú no lo miras,
si tú no lo tocas, lo quieres,
lo besas, lo ennobleces.

Y cada vez que descubro alguna parte aún bella,
en algún lugar inocente de mi carne,
creo que llegarás tarde si no me precipito,
si no voy urgente a despertar tu necesidad de mí.

Hay un sonido, una palabra en el viento.
Saldré a pasear, a distraer tu recuerdo
en las cosas distintas o tal vez cotidianas.

Seguirás mirándome, lo sé,
y yo fingiré que no te veo,
que miro a un niño o a un pájaro.
Que veo en el cielo aviones de papel.



Au Lait: Pat Metheny Group



6 comentarios:

Ventana indiscreta dijo...

Tomás, este poema tuyo tiene dinamita: ayer no se te mojó la pólvora con lo que llovió: se te puso a más disposición de estallar.

Es un poema muy bueno, de amor y de dolor. Y a mí no me engañas. Yo, aunque no lo creas, de leerte es como si estuviera infiltrada o entreverada en tus músculos. Como los buenos jamones de bellota.

A ver cómo te prenden la mecha los y las que aquí vienen a comentarte.

Tiene versos llenos de abismos vitales: hay uno, ese que dices:

Me duele el sexo, me duele su soledad.

¿Eh, qué me dices ahora ante tanta intensidad y tanta cordura como has desparramado?

El clamor de una exigencia, esa sería la mejor respuesta que me podrías dar. En esta puta vida, Tomás, hay más derrotas que victorias.

Un poema en el que te arremetes lanzado a degüello.

TE perdono una pincelada cursi que podrías habernos ahorrado, sabes que soy sincera: la sal de una lágrima. Te la perdono por remansarnos con Pat Metheny.

La vida es una, y muchas veces ni llegamos.

Besos sin balas.

Mañana iré al blues que acabas de poner.

Anónimo dijo...

No lo puedo evitar, me pongo celosa, quiero ser la única, aunque sé que es imposible jajajaja. Me tendré que conformar, no me queda otra. Besos.

TOMÁS RIVERO dijo...

Sofía, sabes mucho. Por lo tanto. Dos puntos. Te quiero y te admiro, por este orden. Al revés no me vale. Y no sé por qué.

Podría responder a tu largo comentario. Sabes que me gustan y me "chinchan" tus comentarios. Pero no puedo. Creo que no podré en unos días.

Comparto contigo la sal de una lágrima. Hasta en eso tienes razón.

Un beso, entrañable. Un beso entreverado.

TOMÁS RIVERO dijo...

Loli, Loli...tu risa te delata.

Shandy dijo...

Potente voz poética la que ha surgido en este poema. Fuerza,sutileza y ternura en el Clamor de una exigencia.
Muy bello.

Besos

Tomás Rivero dijo...

Esta vez no clamé en el desierto en vano. Tras un prudente viaje, detrás de unas dunas, había un oasis. Y bebí de sus aguas.

Un beso, Shandy.