sábado, 21 de abril de 2012

Itinenarios

1
Aún te miro. Anoche me quedé un largo rato mirándote
mientras dormías.
¿Era ternura porque aún te quiero?
Pasan las noches demasiado rápidas,
los días no pasan.
Fui a la cocina y me puse una copa.
Y ya no quise mirarte más.
La ternura con el alcohol se fue calmando.
Una soleada tersura fue creciendo por dentro.


2
¿Qué hace un hombre con el corazón roto?
¿Pegarlo? ¿Conseguir uno nuevo?
¿Llorar angustiado? ¿Pedir socorro?
Limpiar la sangre con higiénico esmero,
hacer coincidir los grumosos coágulos
con copos de nieve reumáticos y serios.
Y tener un caballo siempre dispuesto
para la pradera que puso Kafka.

6 comentarios:

HOSTAL MI LOLI dijo...

Que alma más guapa que tienes. Besos.

María Socorro Luis dijo...

Qué hacer?...
Zurcir la herida con grapas de tiempo.

Egun on, Tomás.

TOMÁS RIVERO dijo...

Gracias Loli. A partir de mi cara de patata, poc@s llamaron guapa a mi alma.

Beso.

Shandy dijo...

¿Qué hacer?
"Y tener un caballo siempre dispuesto"
Lo describes bien en esos últimos versos, ese final abierto a la vida... "Siempre alerta, cabalgando sobre un caballo veloz, a través del viento".
Rivero, ya sabes, hay que quererlo todo: las cerezas amargas y las dulces.

Besos dulces de cereza

TOMÁS RIVERO dijo...

Sí, suelen ser efectivas las grapas del tiempo. Aunque la memoria, el recuerdo, suelen deshilvanar el pespunte de vez en cuando.

Egun on, Soco.

Tomás Rivero dijo...

Hay que quererlo todo. Sí.

Durante 17 años me alimenté de frutos que arrancaba de los árboles. Y en aquella cesta de árboles venían frutas amargas y dulces. Incluso compartí con las aves algunas que ellas habían picoteado. Las frutas picoteadas previamente por las aves suelen estar siempre en su punto. Ellas tienen en el pico el grado exacto de madurez.

Hoy te beso más, Shandy.