martes, 9 de agosto de 2016

Nobel

¿A qué hora se publica un poema
con garantías de Nobel en este mundo de libros?
La playa se llena de un tropel de bañistas.
Los corazones de cada uno de ellos, también.
¿Asistimos a una orgía?
Todos dependemos de una mirada.
Las cocinas se cierran a las doce.
Después de ese hambre nadie responde a la gula.
Esta tierra está llena de carne.
Es una carne inocente y sola
que sabe de un gusano primordial
y exigente.
Abre tu ventana. Los armarios se cierran solos
como si no hubiera nadie dentro
intentado ser el azogue de un espejo interno.
Tras el espejo no existe nunca
una boca breve que te haga compañía,
que musite: “Tú y yo, un breve instante”.
Afuera está un hombre con los labios pintados,
su carmín es más exigente
que el de todos los arcoíris con las ingles
pintadas de venas sensuales y azules.
Un puño cerrado se oxigena sobre una almohada,
la lengua de los pájaros también tiene alas.
Las reses, las bestias, las acémilas,
duermen en camas de serrín y caoba.
Hay un nácar perpetuo en cada herida,
lo lame un armiño de fuego
y en cada baba va dejando
una podedumbre perfecta de colmillos exangües.
Fin de los premios Nobel.
De tu nobleza pende la mano del otro.
Esta noche me mamo bien mamao
pa no llorar.

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