miércoles, 25 de enero de 2012

La tristeza que produce el cadáver del asesino

...era una camisa blanca
como las otras,
...con un disparo negro
como los otros,
...había un cadáver
como los nuestros
...bañado en sangre
como la suya.

...y un silencio neutro y cómplice
en todas las miradas.

7 comentarios:

HOSTAL MI LOLI dijo...

Genial, me has dejado sin palabras, me gusta mucho. Besos.

Tempero dijo...

Mi madre tiene una expresión para retornar el compromiso con el que, de alguna manera, te han favorecido:

La vida son rejas vueltas

Aplíquese al asesino ese dicho de mi madre.
La muerte de un ser humano me entristece; la de un asesino no. Más claro no puedo ser.
La muerte de Raskolnicov si me hubiera entristecido, esa sí.

Tu poema sintetiza muy bien la alternancia de nuestra estirpe, lo flemáticos que somos.

¿Tomamos una copa hoy, Tomás, por lo Austrias?

Aberazos.

Tomás Rivero dijo...

Un beso de buenos días, Loli.

No quiero que te quedes muda, si lo hice te devuelvo la palabra. Úsala contra el enemigo.

Besos.

Tomás Rivero dijo...

Me gusta esa expresión de tu madre, Manuel. ...rejas vueltas. Pues sí. Ahora tú estás en mi lugar.

Hay asesinos y asesinos. Raskolnicov es digno de compasión.

Yo soy uno y el poema otro. Yo tomaría decisiones en contra de ese poema mío. Desde lo que "quiere" ese poema, a mí me entristecen todos los asesinados.

Un aberazo, Manuel.

Unknown dijo...

Un poema brillante, Tomás.
No sé exactamente cuál es la función de la poesía (aunque alguna sospecha tengo) pero si para algo ha demostrado servir es para sintetizar ideas, ir a su esencia y expresarlas de una forma especialmente efectiva. Este poema creo que es una buena prueba de ello.

Un abrazo.

Tomás Rivero dijo...

Gracias, Eva.

Un beso.

Tomás Rivero dijo...

Es cierto, Ramón, siempre fue dudosa la efectividad social de la poesía, siempre lo ha sido. Pero tú lo explicas muy bien, ir al "miajón" de la idea o del problema, es una de sus tareas. Misión harto complicada.

Siempre me reconfortan tus comentarios.

Un abrazo.