viernes, 17 de febrero de 2012

De nuestra impaciente soledad

De nuestra encendida juventud
sólo queda un sólido dolor,
una impaciente soledad
instalada en aquellas partes del cuerpo
donde la medicina no tiene acceso.

Recuerdos. La tarde.
Este paseo con el mar tan cerca,
el viento cálido encendiendo de sol
el rostro de nuestras pálidas mejillas.
La nostalgia también se cura
bañándote en ella
o también comentando sus causas
con algún compañero de viaje
emocionado de rutas,
pasos fronterizos
o deliciosos cruces de caminos.



Time. Kroke

8 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

"La nostalgia también se cura" aunque a veces se enreda con la tristeza y las cortinas, y no sé si nos bañamos en ella o nos la tomamos a cucharadas con la sopa. Pero sí, comentar las causas con alguien que se emocione de rutas y pasadizos secretos es averiguar (pensar) algo más: compartir, componer, acompañar...

Un beso, Tomás, con identidad de camino ;-)

IA dijo...

Joder que exactictud, Te superas camarada, hay estamos, para lo que haga falta, una HUELGA GENERAL, o tomarnos unas cañas y hablar de como hacerla.

Tomás Rivero dijo...

Paloma, cómplices, camaradas... qué difícil hoy en día de huidas personales. Los solos en la encrucijada. Compartir, componer, acompañar. Acompañar todo con un abrazo, y una identidad de camino.

Un beso, poeta.

Tomás Rivero dijo...

¡¡Iñaki!! Te voy a matar. Me das un toque para irnos de huelga. O para esas cervecitas. Ya mismo. En esta ocasión te acompaño dónde mandes. Ya te contaré.

Me encantó verte por esto lares poéticos.

Un abrazo grande, grande.

HOSTAL MI LOLI dijo...

Discrepo Tomás, la nostalgia no se cura, empeora con la edad. La única manera de que no aparezca creo que es emborrachándose hasta el coma. Un beso.

Tomás Rivero dijo...

Los doctores estáis últimamente robándole el terreno a los enfermos. Envidiosos estáis. Y seguro que eso tiene un nombre. O un síndrome. A parte de pasotas, peligrosos. La falta de recursos.

Loli tu deja a los poetas, y no recetes comas etílicos.

Venga, besos.

HOSTAL MI LOLI dijo...

Tomás, los médicos también somos poetas, enfermos y nostálgicos, a veces más que tú y que otros, no es cuestión de envídia es la naturaleza humana que es así para todos. Besitos.

Tomás Rivero dijo...

Más que yo seguro. Si de más se tratara, cuando los menos son mi vida.