Llena de altibajos la noche se prolongó
por derroteros varios.
Yo te miraba y con un murmullo de dientes apretados
te avisé, te quise, te sujeté.
No fuerces la aritmética sonora
donde añade cifras el ruido de los números,
no sumes, no multipliques,
resta o divide
y serás el vencedor de muchos.
Si hechas cuentas
siempre te saldrán errores
errores múltiples
de aquí y de allá,
aquel año,
un día sin que tú te dieras cuenta
capaz de encontrar lo más hermoso
por ejemplo la besaste o te besó.
No fuerces los errores del número primo,
hecha leña, si quieres, al orden mundial
y observa su implacable matemática
de continuos desastres
dónde no se tiene en cuenta
la oculta armonía del cero.
2 comentarios:
En los sentimientos y afectos no funciona la matemática. Sí, mejor mantenerse en la "Oculta armonía del número cero" . ¿Y si observamos el orden mundial con su implacable matemática?... Uuuuuffff No quiero hacer cuentas. Los números hacen demasiado ruido, gritan... Pongo el contador a cero. Y ahí lo dejo.
Poema extraño. Me gusta.
Sí, es un poema extraño. De números que cuentan besos para saber si al dividir, o al sumar amas o desamas.
En el amor no funcionan las matemáticas. Aunque lo mismo un día de estos viene un imbécil y crea una fórmula para que feromonas y ácido nítrico se enamoren, mientras él y ella miran una puesta de sol, coincidiendo con el color de los ojos de ella y la complexión estúpida y atlética de él.
En los sentimientos funcionan otras cosas. Sí. Una gran generosidad. Pero estamos en crisis, y andamos caninos. Y rácanos. Echamos demasiadas cuentas, y contamos con los dedos. El cero. El cero. Su armonía.
Un beso, Shandy
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