lunes, 7 de octubre de 2013

Miguel & Maruja, o las alas malvas de una mariposa

Vengo de la huerta con un puñado de palabras en el paisaje de la lengua. Huerta, agua, bosque, vientre, peces, noche y cintura. Quisiera hacer un poema. Pero no tengo por aquí cerca ni a Miguel Hernández que era hortelano, ni a Maruja Mallo que era su amante pintora, para tomarme unas copas con ellos. Consensuar con ellos su ausencia:

Tu cintura de agua
se llena de bosques
como la huerta de abril se llena
de hierbas aromáticas.
Hay un óleo de tintas negras
y cristales rotos
en la mirada de los ciegos:
tocar tu vientre es nadar bajo el agua
con los ojos abiertos
y ver peces despeinando la noche
las alas malvas de una mariposa
libando la luz.



2 comentarios:

Shandy dijo...

Le ha quedado un surrealista y sinestésico óleo poético, y un hermoso broche cerrando el poema, "una mariposa libando la luz" . Buena simbiosis inspiradora la de Hernández y la Mallo. Aunque la huerta también es un buen manantial de palabras y una mejor paleta de colores.

Besos

Tomás Rivero dijo...

La foto es de hace una semana, este tiempo de otoñal primavera que impone a los insectos un trasiego extra. El poema de hace cuatro días.
Y los poetas -un servidor incluido- y pintores -un servidor que pinta- hacen o hicieron lo que buenamente les dejó una biografía cargada de mala leche por aquellos que leyeron y miraron con ojos perjudicados.

Junto a la huerta hay un río pequeño en el que paso largos ratos.

Besos, Shandy.