jueves, 21 de abril de 2016

Escaleras

Qué pronto has cruzado la vida de los otros
y te has instalado en la noche,
que te pertenece de manera inapelable.
Después de tomar café
en las escaleras de tu casa
encuentras a un hombre llorando.
Te mira entre lágrimas
y te da los buenos días
o las buenas noches
qué más da,
él siempre está a todas horas
en esa escalera,
siempre
llora inconsolable.



2 comentarios:

fco. javier dijo...

"Estuvimos aferrados
a las luces encendidas
suplicando a los vecinos
que no las apagarán.

Las eran eran nuestra única esperanza"

(Fragmento del poema "Ocaso")

En cada rellano de la escalera hay un descansillo y en la pared un espejo.

Tomás Rivero dijo...

Seguro que el poema es tuyo, Francisco Javier, no esta mal. Y si no es tuyo, tampoco está mal.
Sí, uno se mira en los otros espejos cada vez que sube un peldaño en la escala social, o en el corazón de ella: uno necesita siempre el reconocimiento de los demás. O no. El resto es un certero ocaso, una comprobación evidente de nuestra decrepitud.

Salud.